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Clos califica de atentado a Cataluña que el aeropuerto no tenga estación de AVE

El futuro del aeropuerto pasa por una estación para el AVE a la que lleguen viajeros de Zaragoza, Valencia y Montpellier. Pero el proyecto que ha sacado a información pública el Ministerio de Fomento no incluye una estación, sino sólo un ramal de entrada y salida con escaso movimiento, lo que equivale a que El Prat quede reducido a un aeropuerto regional, incapaz de competir con Barajas o con un hipotético sucesor suyo. Un proyecto así es un atentado al desarrollo futuro, no ya de Barcelona sino de Cataluña, afirma Joan Clos.

Clos ya anunció que hay tres aspectos del proyecto de AVE sacado a información pública por Fomento que son inaceptables para el Ayuntamiento de Barcelona: que el aeropuerto no conecte con la ciudad, que Sagrera no sea una estación intermodal y que se proyecte una reforma del servicio de Cercanías sin plan alguno. El aeropuerto, afirma el alcalde Barcelona, Joan Clos, no es una pieza del desarrollo de Barcelona. Lo es, pero también es mucho más. De su futuro depende todo el proyecto de parque logístico pensado para el Delta del Llobregat. El aeropuerto está concebido como internacional e intercontinental. Un avión transoceánico se llena con los residentes en el propio territorio y, también, con los que proceden de territorios cercanos desde donde llegan a través de vuelos regionales europeos y a través del AVE.

Si el aeropuerto de Barcelona quiere ser un aeropuerto intercontinental necesita que su área de influencia se extienda a más de 300 kilómetros de su entorno. Eso lo hace el tren de alta velocidad. Y para ello necesita una estación de verdad, programada en el plan director pactado y desaparecida en el proyecto de Fomento.

Este proyecto convierte la estación prevista en una especie de apeadero. Fomento ha procedido a modificar no sólo el plan original, también ha cambiado el trazado ya pactado con el consejo comarcal del Baix Llobregat. Éste había presentado una propuesta para que el AVE llegara al aeropuerto a través de un trazado coincidente con el cauce del río.

En su lugar, Fomento ha dibujado una línea que entra por la ciudad de Cornellà para dirigirse a la estación de Sants, añadiendo otro trazado que va hacia el aeropuerto que sólo recorrerían algunos trenes, que tendrían que regresar a Cornellà para ir hacia Sants. Frente a esta opción, ayuntamientos y Generalitat defienden la conexión directa aeropuerto-ciudad de Barcelona. Para el Ayuntamiento, este asunto es absolutamente prioritario e independiente de si luego el tren se dirige a Sants u opta por la línea del litoral hacia França y Sagrera. La Generalitat se ha mantenido callada desde que se conoció la propuesta del ministerio. Los intentos de forzar al consejero a opinar al respecto ha recibido la misma respuesta: el silencio.

Zona oriental

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El segundo asunto inaceptable, desde la perspectiva municipal, es el plan previsto para Sagrera. La nueva estación y el soterramiento de las vías tiene que ver directamente, afirma Clos, con el proyecto de desarrollo de toda la zona oriental de Barcelona: desde Sagrera hasta Poblenou. Además, el dibujo hecho por el ministerio atenta contra la capacidad de planificación urbanística de la Generalitat ya que prevé áreas ferroviarias en terreno calificado de zona verde. El tercer aspecto es la reforma de Cercanías. Fomento prevé sacarlas de la calle de Aragó y llevarlas a un nuevo túnel bajo la calle de Mallorca. El Ayuntamiento no rechaza que se haga, pero cree que es imprudente hacerlo sin un plan global para todo el servicio de Cercanías de Renfe en Barcelona, un plan que, si existe, nadie ha hecho público.

El diseño de Cercanías hecho por Fomento supone meses de dilación en las obras ya que exige construir primero el túnel de la calle de Mallorca, donde irían las vías de Cercanías (de ancho ibérico) y luego cambiar las de la calle de Aragó para que circulen por ese túnel los trenes de alta velocidad y los regionales, que irán por vías de ancho europeo.

Fomento ha sacado a información pública dos trazados para este nuevo túnel. Uno de ellos discurre totalmente a lo largo de la calle de Mallorca ya que coloca la estación de Cercanías a la altura del paseo de Gràcia. La otra dibuja un desvío (a la altura de Urgell) hacia la calle de Provença para construir la estación en la confluencia de esta calle con la de Balmes, de modo que permita el intercambio con los Ferrocarrils de la Generalitat. Fuentes municipales sugieren que el silencio del Gobierno catalán tiene parte de explicación en su interés por esta solución. Pero se trata de una solución muy costosa.

Entre otras medidas exige el desalojo temporal del mercado del Ninot y el traslado del parque de los bomberos, además de reforzar tres manzanas con no pocas viviendas. Fuentes municipales aseguran que la primera noticia de esta medidas la han tenido al leer los documentos del ministerio y que nadie les ha dicho nada al respecto ni antes ni después de conocido el proyecto.

Una segunda consecuencia es la necesidad de cortar el tráfico de la calle Balmes. El túnel, a no menos de 25 metros de profundidad, puede ser hecho con tuneladoras, pero para la estación, los vestíbulos y los ascensores hay que trabajar al aire libre. Además, las salidas afectan casi totalmente el paseo central de la Rambla de Cataluña.

Pese a las enormes diferencias, Clos dice estar seguro de que sus razones acabarán por convencer a Fomento. Dispone de apenas un mes y medio.

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