Rato afirma que el modelo de financiación autonómica "apenas deja margen de mejora"

El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, manifestó ayer que el actual modelo de financiación autonómica es bueno para las comunidades autónomas y "apenas tiene margen de mejoría". Rato hizo esta declaración, ayer, en los pasillos del Senado, pocos días después de conocerse la decisión del Gobierno de no ceder la capacidad normativa de los impuestos especiales a las autonomías. Con estas declaraciones, el Ejecutivo prepara el terreno para que el modelo tenga los mínimos retoques en la negociación que se inicia en enero.

Rato argumentó que si el actual modelo de financiación autonómica, en su próxima revisión, sufre cambios profundos, como la descentralización de los impuestos especiales -hidrocarburos, tabaco y alcohol- a las comunidades autónomas, éstas pueden ver perjudicados sus intereses al desaparecer sus mecanismos de garantía porque si se produce una descentralización de ese calibre tendrá que ser "con todas sus consecuencias".El actual modelo de financiación autonómica, con la cesión del 30% del IRPF a las comunidades autónomas, garantiza a éstas, desde 1998, unos ingresos mínimos equivalentes al crecimiento del PIB nominal. Este "colchón", que en el quinquenio de vigencia del modelo actual costará medio billón de pesetas al Estado, desaparecerá si las comunidades autónomas optan por cambiar profundamente el modelo vigente, según recordó ayer Rato.

El aviso del vicepresidente económico tiene importancia porque confirma lo que adelantó el ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, hace tan sólo unos días, esto es, que no es aconsejable la cesión de los impuestos especiales a las comunidades autónomas. Posada puso el acento en el riesgo de una "guerra entre comunidades autónomas", sobre todo si la descentralización de los impuestos especiales conllevase la posibilidad de que las comunidades suban o bajen las tarifas, con la cesión de la capacidad normativa.

Este aviso es un duro golpe, sobre todo, para la Generalitat catalana, que se había creado expectativas acerca de que una revisión profunda del modelo, en la negociación que se iniciará el próximo enero, mejoraría su capacidad financiera. Esa expectativa había crecido en la medida en que el presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana (PP), había avalado una revisión profunda del modelo vigente con la descentralización de los impuestos especiales.

Tanto la Generalitat como CiU han criticado con dureza las deficiencias del modelo vigente, de cesión del 30% del IRPF a las comunidades autónomas, que el propio Pujol negoció con el PP en 1996 a cambio del apoyo parlamentario a José María Aznar.

Situación difícil

La Generalitat catalana confiaba en un aumento sustancial de sus ingresos con la descentralización de los impuestos especiales. Estos acarrearon al Estado unos ingresos de 2,5 billones en 1998, un 15% de la totalidad de dichos ingresos.La revisión de estas tesis del Gobierno es la gota que desborda el vaso en las relaciones conflictivas entre Gobierno y CiU esta legislatura, de modo que Pujol ha solicitado una entrevista urgente con el presidente del Gobierno, José María Aznar, para abordar estas relaciones, informa Josep Garriga. "No es ninguna comedia. Realmente estamos atravesando por una situación muy difícil", apuntó ayer un alto dirigente de CiU.

También preocupa esta situación a las comunidades gobernadas por el PSOE, especialmente a la Junta de Andalucía, que fue innovadora en adelantar, hace cuatro años, la cesión de los impuestos especiales, dentro de una cesta de impuestos, como la fórmula idónea de financiación autonómica.

El secretario de política autonómica del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, ha expresado su temor a que el Gobierno se reafirme en el actual modelo, de cesión del 30% del IRPF a las comunidades autónomas. "Es una fórmula peligrosa, que acentúa la división de las comunidades autónomas", dijo ayer.