El plan de salud mental que ultima el Consell no detalla la dotación presupuestaria
El plan de salud mental que elabora Sanidad nace maniatado por la propia consejería. El programa, reconoce Sanidad, requiere "una inversión económica de cierta envergadura"; sin embargo el departamento que dirige Serafín Castellano no sólo evita traducirla en una cifra concreta, sino que advierte que la inversión será "especialmente difícil en una época de limitaciones económicas". El texto atribuye el peso de la asistencia a Sanidad en perjuicio de Bienestar Social. Así, detalla el incremento de personal de psiquiatría y psicología programado para el año 2006, responsables en la mayor parte de la asistencia sanitaria, pero elude aludir al incremento de terapeutas, asistentes sociales o enfermeros.
El documento, al que ha tenido acceso este diario y que pretende presentar en breve la Consejería de Sanidad, deja clara la "situación tan deficitaria en recursos dirigidos a la salud mental" en la que se encuentra la Comunidad. Para corregir este escenario, reconoce la necesidad de dotar de una inversión económica "de cierta envergadura" al plan de salud mental y da pistas. El documento, dirigido a programar la asistencia psiquiátrica de los próximos seis años, advierte que el presupuesto catalán en salud mental es de 14.000 millones anuales, y en el País Vasco, el Gobierno autónomo destina un 7% del presupuesto sanitario a la salud mental. El plan director de salud mental y asistencia psiquiátrica de la Comunidad Valenciana plantea como solución la aprobación de una línea presupuestaria específica, de nuevo sin determinar, que se incluiría en la dotación de la subsecretaría de la Agencia Valenciana de la Salud.El programa tampoco recoge las exigencias planteadas por las asociaciones de familiares y enfermos mentales relativas a la atención sociosanitaria. La federación valenciana que agrupa a la mayoría de estas asociaciones reclamó el lunes un aumento de programas de atención a enfermos mentales, aspecto sobre el que el plan pasa por encima. Sí recoge las previsiones de nueva construcción de Centros de Rehabilitación e Inserción Social (CRIS), 14 nuevos centros hasta 2004, el número ya anunciado por el consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco. La importancia que se le da a la vertiente médica se traduce en el análisis de aumento de personal previsto para 2006. Únicamente se recogen ratios de psiquiatras y psicólogos por cada 100.000 habitantes -seis y tres, respectivamente-, pero no se contemplan aumentos de personal de enfermería, asistentes sociales o terapeutas, sobre quienes recaen las labores de rehabilitación social. El programa también recoge como compromisos de Sanidad crear unidades de corta estancia y hospitales de día en Valencia, Castellón y Alicante, y desarrollar la red de salud mental infantil y del adolescente, en la que se pueda atender a la franja de edad comprendida entre los 14 y los 17 años.
Por debajo de la media
La situación de la atención a la salud mental en la Comunidad no sale bien parada de la comparación que establece el plan de salud mental con los recursos que cuentan otras autonomías. Por lo que respecta a la hospitalización psiquiátrica, la Comunidad disponía en 1996 (último año del que existen datos comparados), de siete camas por cada 100.000 habitantes, a la cola junto a Andalucía. La media estatal es de 10 camas, cifra que en Cataluña aumenta a las 18. En recursos comunitarios (centros de día, rehabilitación y reinserción) la Comunidad Valenciana contaba en 1996 con tres camas y ocupaba el último lugar en solitario. La media estatal es de 11 plazas y en Cataluña, de 21. El estudio de la asistencia a los enfermos mentales también aborda el número de camas de media y larga estancia que disponen las distintas autonomías. De nuevo, la Comunidad comparte con Andalucía el último lugar con siete camas. La media estatal es de 30 y el País Vasco, con una proporción de 78, Cataluña con 60 y Baleares con 44 camas por cada 100.000 personas lideran esta particular clasificación.
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