El dibujante Sábat expone un centenar de héroes y antihéroes

Un centenar de dibujos y caricaturas de Hermenegildo Sábat (Montevideo, Uruguay, 1933) se exponen desde ayer en la Galería Americana de la Casa de América, de Madrid (paseo de Recoletos, 2, Internet www.casamerica.es), organizado por el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica (Cexeci), que tras su presentación en Cáceres y su paso por Madrid (hasta el 30 de noviembre) se colgarán en Santiago de Chile. En la galería aparecen los héroes y antihéroes de nuestro tiempo en unos trazos expresionistas, "la escuela más perdurable del siglo", según declaró Sábat.Autor de una veintena de libros, Hermenegildo (Menchi) Sábat, caricaturista, pintor, profesor y clarinetista, lleva a las publicaciones sus temas más personales como la literatura y el jazz y personajes universales como Borges y Gardel. Su último título, Adioses tardíos. Cuatro décadas de la historia en dibujos (Aguilar), recoge su trabajo más periodístico, desarrollado durante 27 años en el diario argentino Clarín, dos en La Opinión (con Jacobo Timerman) y durante seis años como editor de la revista de artes visuales Sección Áurea.

"Dependo de las noticias, no las invento; son un mecanismo natural y permanente, inagotable", declara Sábat ante el conjunto de sus trabajos, rodeado de Borges, Allende, Fidel Castro, Gardel, Mandela, Juan Pablo II, Arafat, Pinochet, Sartre, Bush, Alfonsín, y otros personajes, como Don Juan Carlos, portada del catálogo, Suárez y González.

"No he impuesto un código, pero la gente reconoce lo que hago", señala Sábat frente a una sucesión de dictadores, la lámina 100 años a las patadas, sobre la historia de Argentina, artistas y escritores, representados con diversas técnicas "para evitar la repetición". "Los países son reconocidos por sus artistas. Tener a Borges y a Piazzolla en uno mismo no está nada mal". Realiza su trabajo en la redacción de Clarín; sin censuras -en una ocasión fue amenazado por el general Suárez Mason durante la dictadura-, dedica el cartel de su muestra a José Luis Cabezas, "vilmente asesinado sólo por sacar fotos", y le gusta vivir en países con cuatro estaciones. "Procuro no hacer juicios en los dibujos de personajes políticos. A los artistas corresponde retratar la sociedad que les toca vivir, y yo lo hago en el momento que suceden los hechos".