Maragall aumenta la presión opositora sobre Pujol creando un gobierno alternativo de 17 miembros

La política catalana comenzó ayer a experimentar por vez primera el sistema británico de oposición al Gobierno, un método que hasta ahora había sido desechado por razones sobre todo culturales. Su elemento básico es la formación de un gobierno en la sombra, al que aquí se da el nombre de gobierno alternativo, encabezado por el líder del primer partido de la oposición parlamentaria, el socialista Pasqual Maragall, que ayer anunció la composición de un gabinete de estas características. Maragall ha formado un equipo de 17 miembros, de los que 5 son mujeres. Su objetivo es incrementar la presión opositora sobre Jordi Pujol y sus consejeros al tiempo que da "visibilidad" a la existencia de la alternativa.

Dos meses para el rodaje

La apuesta de Maragall es arriesgada porque si la experiencia fracasa puede volverse en contra de su promotor. Maragall quiere que ante cada actuación políticamente significativa, o cada omisión, del Gobierno catalán en conjunto y de cada uno de sus consejeros en particular, haya la correspondiente toma de posición del consejero alternativo.Se ejercerá así un marcaje férreo de la gestión del Gobierno de Jordi Pujol, pero se ofrecerá también al mismo tiempo a la opinión pública la oportunidad de valorar la solidez de las ofertas alternativas del primer partido de la oposición, y de todos y cada uno de los componentes del gobierno alternativo.

Eso comenzó a suceder ya ayer con el propio Maragall a propósito del anuncio de la composición del propio gobierno alternativo. En ella ha desatendido una de sus promesas electorales, que era la de formar un gobierno paritario. Es decir, con un máximo del 60% de integrantes del mismo sexo. De los 17 miembros que integran el equipo formado por Maragall hay 5 mujeres. Es decir, el 30% de mujeres y el 70% de varones.

Los miembros del gobierno alternativo son todos diputados del grupo PSC-Ciutadans pel Canvi, salvo el secretario general. Éste es Andreu Morillas, un economista que ha sido decano de su colegio profesional. Tres de los 17 integrantes del gobierno pertenecen a Ciutadans pel Canvi: Josep Maria Vallès, Oriol Nel-lo y Teresa Serra.

La distribución de carteras se atiene a la asignación de tareas que los diputados escogidos tenían ya en el grupo parlamentario y, en algunos casos, en la comisión ejecutiva del PSC. Es el caso del portavoz del grupo parlamentario, Joaquim Nadal, que lo es también del gobierno alternativo. Y el de Montserrat Duch, Carme Figueras, Josep Maria Carbonell, Montserrat Tura y Manel Nadal, que se encargan de las carteras de educación, sanidad, cultura, medio ambiente e infraestructuras, respectivamente.El gobierno alternativo seguirá el ritmo de las reuniones del Consell Executiu, celebrando como este sesiones quincenales. El secretario general, Morillas, tendrá despacho en el Parlament, junto al de Maragall. En dos semanas se habrán creado los equipos asesores de cada miembro del gabinete en la sombra, que habrán de permitirle la presentación de alternativas a las decisiones del Gobierno, y en dos meses se pretende haber alcanzado ya la velocidad de crucero.

En sus primeras palabras como portavoz, Joaquim Nadal explicó que el gobierno en la sombra "trabajará sobre dosieres", refiriéndose a la voluntad de superar el estadio de las simples declaraciones por el de la presentación de alternativas elaboradas. Uno de los integrantes del gobierno alternativo, Miquel Barceló, responsable de universidades, industria y sociedad de la información, resumió así el patrón que guiará la actuación de todos y cada uno de sus miembros. El plan del gobierno alternativo al de Convergència i Unió (CiU), dijo, es dirigir de mil formas distintas un mismo mensaje al Consell Executiu de la Generalitat. "Esto es lo que habría que hacer, hagánlo; si no lo hacen ustedes ahora, lo haremos nosotros cuando los ciudadanos nos confíen el Gobierno de Cataluña".

El éxito de la fórmula depende en buena parte de que consiga trascender el ámbito parlamentario y llegar al electorado, de forma que éste considere normal conocer la opinión del primer partido de la oposición ante cualquier asunto político. Pero, en cualquier caso, los socialistas han concebido la adopción del modelo británico de oposición como un salto cualitativo, como el inicio de una presión sobre todos los miembros del Gobierno de Pujol, y el propio presidente catalán, mucho más fuerte que la ejercida por ellos hasta ahora.

Maragall ha advertido que la composición de este equipo no prefigura la del gobierno que formará si gana las próximas elecciones autonómicas. Pero es obvio que una de las características del sistema opositor que ha puesto en pie es que permite evaluar la actuación de los aspirantes a formar parte de un futuro gobierno. Y que, por tanto, cada uno de ellos se juega ya ahora su futuro.