El Colegio de Médicos defiende al facultativo del geriátrico de Reus

La comisión deontológica del Colegio de Médicos de Tarragona definió como correcta la actuación del facultativo Pere Gomis para con los residentes del geriátrico Catalunya Llar después de observar los historiales clínicos y las prescripciones que Gomis realizó en el ejercicio de su trabajo en el centro en 1994. Gomis explicó ayer durante el juicio que se sigue en la Audiencia de Tarragona contra él, los propietarios de la residencia y una empleada por el presunto homicidio de cuatro ancianos, que el promedio de muertes registrado en el centro (18 en 10 meses, alto según el fiscal) no es exagerado teniendo en cuenta que a los internos los llevaban allí "para morir". "Yo lo califiqué como horrible. Me parecía inhumano dejarlos allí para morir".Gomis, que trabajó en la residencia durante 1994, explicó que tras su detención y la clausura del geriátrico, unos episodios que le "afectaron mucho", había decidido someterse voluntariamente al examen de un tribunal de la comisión deontológica del Colegio de Médicos de Tarragona. Este tribunal, previo estudio de los historiales clínicos y de las prescripciones que el médico había realizado a los residentes, juzgó correcta y sin negligencias la actuación del galeno. Gomis, que se enfrenta a una petición de 21 años de prisión por cinco imprudencias temerarias, incluyó en su testimonio ante el juez su práctica habitual de dejar recetas en blanco con su firma bajo la custodia del propietario de la residencia, Josep Maria Mengual, para casos de urgencia.

El médico respondió a las preguntas de las acusaciones particulares que representan a los familiares de dos ancianas que murieron en el centro, Rosa Rafí, que falleció a causa de una neumonía, y Concepción Colonges, a quien tuvieron que amputar una pierna por un principio de gangrena. En el primer caso, Gomis negó que el ingreso en un hospital hubiera mejorado su situación, y en el segundo, hizo hincapié en que eran la propia paciente y su hija las que se oponían a la operación.

El médico negó haber detectado suciedad en la residencia o malos tratos a los ancianos residentes.