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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

Arzalluz rechaza la convocatoria de elecciones en Euskadi y hace un guiño a los socialistas

Si fuera por él, en Euskadi no habría elecciones hasta que se consumiera la legislatura, en octubre de 2002. Sin embargo, Xabier Arzalluz dejó ayer claro que la decisión le corresponde al lehendakari, Juan José Ibarretxe. El presidente del PNV, que hizo un guiño a los socialistas para entrar en el Gobierno vasco, cuestionó que España sea un Estado de derecho pleno por el control que, a su entender, el Ejecutivo del PP tiene sobre la prensa y por "la deficiente separación de poderes" que existe. Ante un público de simpatizantes del PNV, insistió igualmente en la fortaleza del Gabinete de Ibarretxe.

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Xabier Arzalluz aprovechó ayer el 20º aniversario del batzoki (sede social del PNV) de Derio (Vizcaya) para hacer un repaso, ante cerca de un centenar de simpatizantes de su partido, de la situación política en el País Vasco y arremeter contra el presidente del Ejecutivo, José María Aznar, y los medios de comunicación, que, según él, son controlados por el mismo en un 80%. También aludió a la encuesta de Demoscopia publicada ayer por EL PAÍS según la cual "el 50% de los vascos quiere otro Gobierno" y "el 68% cree que Ibarretxe podría hacer más contra la violencia callejera": "Hace falta tener morro para sacar las conclusiones que sacan y los titulares" cuando en Euskadi, apuntó, sólo se ha entrevistado a 300 personas.El presidente del PNV, enfadado por lo que entiende como una operación de acoso al lehendakari, Juan José Ibarretxe, dijo que convocar o no elecciones anticipadas no tiene mucho sentido porque las cosas no cambiarían. "Si quieren gobernar ahora, que se pongan en conversaciones con Ibarretxe; posiblemente con alguno, con el PP, no podremos llegar a un acuerdo", matizó en un claro mensaje de complicidad a los socialistas.

En su afán por ensalzar la fortaleza del lehendakari, Arzalluz recordó que Ibarretexe, en el momento en que se celebraba el mitin, estaría haciendo 250 kilómetros en bicicleta por alguna carretera vasca. "De cuerpo y alma fuerte, inteligente, él será el que marque la pauta. Por mí, hasta que acabe la legislatura. ¿Por qué nos vamos a ir si tampoco tendrán la mayoría? Ibarretxe verá y no le temblará el pulso. Estará bien hecho", dijo.

Franco y los 'gudaris'

Más allá de la convocatoria o no de elecciones, Arzalluz quiso trazar un relación entre el franquismo, la lucha de los gudaris (soldados vascos), la represión y el control actual del Gobierno de Aznar sobre "el 80% de todos los medios de comunicación".Arzalluz, que advirtió de que ni él ni el portavoz peneuvista, Joseba Egibar, ni Ibarretxe son el presidente de Telefónica, al que el Gobierno puede echar, indicó que, como los viejos gudaris, "con una escopeta de caza" frente a los tanques, se defenderán. "¿Quién tenía las armas? Franco. Hoy, igual. Habría que hablar si el monopolio de la prensa y la deficiencia de la separación de poderes permite hablar de un Estado de derecho presentable", sugirió en tono sosegado.

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Luego, acusó a Aznar de haber perdido el norte, de mostrar un carácter "vengativo y acomplejado" y de tenerles "enfilados". Con esta tesis, advirtió a sus fieles de que hoy son los militantes de HB los que se van a la cama y al amanecer pueden estar entre rejas, pero que los siguientes podrían ser ellos: "Ójala venga ese día porque entonces se acabó el cuento". En todo caso, marcó distancias con los nacionalistas radicales.

Arzalluz, que empezó su discurso como víctima -"estamos viviendo un ataque masivo", dijo-, terminó haciendo un llamamiento a la juventud vasca para que herede su compromiso político y atacando "la compra del vasco" por el Gabinete de Aznar. "Si empezó contra ETA, hoy va contra el nacionalismo", aseguró antes de señalar a Jon Juaristi, director de la Biblioteca Nacional, y Enrique Múgica, defensor del pueblo, como ejemplos del "vasco comprado" para atacar al nacionalismo.

Por otro lado, Egibar, en una entrevista en el diario Deia, próximo al PNV, afirmó que las mociones de censura contra Ibarretxe presentadas por el PP y el PSE-EE se han convertido en un "fracaso". "No tienen aliento para llegar al final de la legislatura", dijo. Después arremetió contra la "intelectualidad" vasca, a las que acusó de "excesivo respeto a una estrategia de combate promovida desde Madrid". También comentó, en relación con las últimas actuaciones del juez Baltasar Garzón, que se comienzan a perseguir las ideas.

Frente a estas tesis, el portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti, en su tribuna de los domingos en Deia, lanzó un guante a las víctimas del terrorismo: "La gente debe percibir que siempre estaremos con las víctimas y con el empresariado valiente al que atacan porque no se doblega. (...) Lo tenemos que hacer con énfasis y continuamente". Mientras Arzalluz reclamaba en Derio como propio el término "construcción nacional", Anasagasti decía: "Los de la construcción nacional [en referencia a ETA] tienen un programa de tierra calcinada. Y los de HB callados. (...) El PNV no tiene nada en común con ese mundo destructor y cainita".

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