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Marisa Monte presenta el disco más pop de su carrera

La cantante brasileña regresa a España para actuar en Madrid, Murcia y Barcelona

Respeto

Es la cantante brasileña más popular de la última década. Desde sus inicios en 1987, esta carioca de 33 años, que cuenta entre sus admiradores al cineasta Coppola, maneja su carrera sin concesiones a las discográficas. Tras trabajar con David Byrne y Cesaria Evora, y producir a Carlinhos Brown, Marisa Monte está presentando su quinto disco, Memórias, crônicas e declarações de amor, en Zaragoza -ayer-, Madrid (La Riviera) hoy lunes, el día 10 en Murcia (Auditorio) y el 18 en Barcelona (L'Auditori).La primera canción del disco incluye el fragmento de un texto de 1878 del escritor portugués Eça de Queiroz, leído por Arnaldo Antunes: "Ella había suspirado, había besado el papel con devoción. Era la primera vez que le escribían aquellos sentimientos...". El nuevo disco de Monte no sólo trata sobre la pasión entre dos personas. "El amor es un asunto más complejo, paradójico y misterioso. Presupone el cuidado, el perdón, la amabilidad... Me pareció interesante hablar de ello porque vivimos en un mundo con mucha indiferencia hacia el prójimo", dice la cantante, que encargó la hoja de promoción al escritor João Ubaldo Ribeiro y al teólogo Leonardo Boff.

Hay una canción dedicada a un hombre que se hacía llamar Gentileza, y que murió a los 79 años, tras pasarse 35 predicando por las calles de Río una vida más generosa y menos individualista. "Era un pequeño empresario que tuvo una visión que cambió su vida. Le decía a la gente que la amabilidad genera amabilidad", cuenta.

A Marisa Monte le indignó ver que la compañía municipal de limpieza había borrado con cal sus murales sobre los 55 pilares de un viaducto: "Un trabajo de un gran valor gráfico por su tipografía y los pequeños símbolos e iconos que dibujaba entre las palabras. A mí me encantaba ir y descubrir elementos nuevos en los que no había reparado antes. Hasta que un día pasé por allí con Carlinhos Brown para enseñárselo y ya no había nada. Habían pintado todos los pilares de color ceniza", explica. "Me pareció sintomático del mundo deshumanizado en que vivimos".

Considera que sus discos son todos "muy coloquiales y accesibles, aunque éste sea el que tiene una sonoridad más pop. En realidad, es la búsqueda de un sonido brasileño para la música pop". Una sorpresa: Monte toca la guitarra en Memórias, crônicas e declarações de amor. Se ríe. "Me lo pidieron los músicos. Yo le mostraba a Marc Ribot cómo quería el ritmo de la guitarra y él me decía: '¿Por qué no lo tocas tú?'. Y yo, que no, que no. Al final me decidí a grabar esas bases en varias canciones".

Afirma sentir un gran respeto por los músicos de otras generaciones y en cada disco incorpora alguna canción brasileña antigua. "No se puede conocer a alguien por una sola canción, pero sí creo que puede despertarse la curiosidad de las personas sobre la existencia de un compositor como, por ejemplo, Nelson Cavaquinho. Lograr que sientan el impulso de querer escuchar otras canciones suyas".Marisa Monte ha producido un disco a los veteranos de una escuela de samba histórica. "Sabía que tenían un repertorio inédito enorme. Canciones de su tradición oral que iban a perderse porque son gente de 70 y 80 años de edad. Cuando ellos ya no estén con nosotros, esas canciones de hace 30 o 40 años también desaparecerán", dice. "Pocas cosas en la música me emocionan tanto como la Velha Guarda da Portela. Así que quería grabarles porque me parecía que mi vida iba a ser mejor con ese disco".

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