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LA TRANSICIÓN EN YUGOSLAVIA

El Gobierno de Montenegro pone en tela de juicio la legitimidad del nuevo presidente

Djukanovic amenaza con la independencia si Kostunica colabora con los serbios de la república

El presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, declaró ayer en Niksic que las elecciones federales en las que salió elegido presidente Vojislav Kostunica y un nuevo Parlamento Federal fueron ilegítimas. Para Djukanovic, ni siquiera un Gobierno Federal que ofreciera el cargo de primer ministro a su propio Partido Democrático de los Socialistas (DPS) sería legítimo. Según Djukanovic, a Montenegro se le abren ahora dos posibilidades: un acuerdo con la Serbia democrática sobre la base de la plataforma que plantearon en agosto de 1999 a Belgrado o la independencia.

Entre Montenegro y Belgrado, la herida permanece abierta, a pesar del triunfo de la Oposición Democrática de Serbia (DOS) en las elecciones y de que Kostunica, un presidente democrático, ha sucedido al despótico Slobodan Milosevic. Punto de partida del conflicto es el boicoteo a las elecciones del 24 de septiembre. Montenegro lo justificó con la necesidad de salvar su propia nacionalidad, atropellada por la reforma constitucional de Milosevic de julio pasado. El boicoteo de la elección, a pesar incluso de las presiones de EE UU, perjudicó a Kostunica y a la DOS. Con los votos de los montenegrinos opuestos a Milosevic, Kostunica habría ganado en primera vuelta con una claridad difícil de manipular por los alquimistas electorales del déspota de Belgrado. Por añadidura, en el nuevo Parlamento Federal, la DOS tendría mayoría, y no, como ocurre ahora, los seguidores de Milosevic.Al negar legitimidad a la elección, Montenegro se la quita también a Kostunica, quien ya en su día criticó con dureza el boicoteo montenegrino. Ahora, tras el triunfo de Kostunica, se necesita algún tipo de pacto en el Parlamento Federal para lograr una mayoría favorable a Kostunica. Además, se encuentra pendiente el nombramiento del Gobierno de Yugoslavia. La tradición impone que a un presidente serbio, como Kostunica, le corresponda un primer ministro montenegrino. Kostunica y al menos una parte del Partido Socialista Popular (SNP), la sucursal montenegrina del Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic, han empezado a tirarse los tejos.

Los del SNP que viven y trabajan en la política montenegrina emiten señales de querer desmarcarse de su gente de Belgrado, como Momir Bulatovic, el primer ministro nombrado por Milosevic y su fiel lacayo. Otro Bulatovic, Predrag de nombre, que no está emparentado con Momir y es vicepresidente del SNP, declaró a EL PAÍS en Podgorica, cuando el resultado electoral seguía en el alero, sobre una negociación con un futuro presidente Kostunica: "El interés del SNP es Yugoslavia. Cualquiera que nos garantice que influye para conservarla puede ser nuestro socio y también el mío".

Ingreso en la ONU

Por su parte, Kostunica insinuó que Predrag Bulatovic podría ocupar el puesto de primer ministro. Esto sería como unas banderillas de fuego en todo lo alto del Gobierno montenegrino. "En ese caso, les deseo buena suerte", declaró a este periódico el ministro de Exteriores de Montenegro, Branko Lukovac. Miodrag Vukovic, un asesor muy próximo e influyente sobre el presidente Djukanovic, dijo que, si eso ocurre, "Montenegro entraría en la ONU como Estado independiente".El coordinador de la campaña de la DOS y uno de los políticos con más peso en el entorno de Kostunica, Zoran Djindjic, respondió al Süddeutsche Zeitung de Múnich, al comentario de que Djukanovic está indignado por la aproximación entre el SNP y la DOS: "Lo sentimos. Ahora no podemos decir: 'Muy bien, nosotros ganamos las elecciones, pero no fueron legítimas'. Nosotros participamos en ellas por motivos políticos. Ilegítimo es Djukanovic, que boicoteó las elecciones. Tenemos que hacer algo razonable a partir de lo que tenemos: un Gobierno sin Milosevic. Tenemos otras prioridades que Djukanovic".

Desde Montenegro, Djukanovic advirtió el viernes de que "Kostunica comete un error" si entra con el SNP en cualquier tipo de colaboración "salvando al políticamente muerto, que es peor todavía que Milosevic, que no puede entender que Milosevic ya se acabó y está esperando en alguna residencia de Belgrado a que Milosevic saque tanques a las calles para recuperar su poder conjunto". Djukanovic añadió, con un cierto tonillo amenazador: "Tanto el señor Kostunica como otros muchos tendrán la oportunidad de conocer Montenegro mejor y de comprender que uno no puede apoderarse de este país".

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La primera petición de Djukanovic en la reunión del Consejo Superior de Defensa, organismo en el que participan el presidente de Yugoslavia, el de Serbia, el de Montenegro, el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ejército, será desarmar el Séptimo Batallón de la Policía Militar estacionada en Montenegro. Este temido batallón ha adquirido triste fama por su actividad represiva.

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