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El Ministerio de Hacienda asume la gestión financiera del ente público RTVE

Rosario G. Gómez

El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a la adscripción de Radiotelevisión Española a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Para llevar a cabo este trasvase, el Gobierno ha utilizado la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos Generales. Pero no ha solucionado la cuestión principal: la definición de un modelo para la radio y la televisión pública.En su conjunto, estas empresas (dos televisiones estatales y seis entes regionales) mueven un presupuesto anual de 400.000 millones de pesetas. Pero apenas la mitad de sus gastos se cubren con recursos propios (fundamentalmente de la venta de espacios publicitarios). El resto procede de las subvenciones públicas o del endeudamiento.

La SEPI, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, será el laboratorio a través del cual se saneen las finanzas de RTVE, un grupo de comunicación que a finales de 2001 tendrá una deuda acumulada de 800.000 millones de pesetas. Este gigantesco agujero ha ido creciendo de manera imparable a lo largo de la década de los noventa. Algunas televisiones públicas autonómicas han seguido el mismo camino. La catalana TV-3 acabará el actual ejercicio con una deuda de 100.311 millones de pesetas, pese a que la Generalitat otorgará una subvención de 18.829 millones de pesetas, casi el 40% de su presupuesto. En el caso de la televisión autonómica gallega, la subvención asciende al 65% del presupuesto.

Tras TV-3, Telemadrid es la cadena que mayor endeudamiento arrastra: 25.800 millones de pesetas. A través de un contrato-programa con el Ejecutivo autonómico, la comunidad financia los espacios considerados de servicio público. Esta fórmula será aplicada también por la corporación catalana, según ha avanzado su director general, Miquel Piug.

Otras televisiones autonómicas han enjugado su deuda mediante la inyección de sustanciosas aportaciones públicas. La andaluza Canal Sur tenía a comienzo de este año un déficit acumulado de 2.900 millones. Sus gestores aseguran que acabarán el curso con "superávit" después de haber recibido 18.322 millones de subvención. El ente vasco ETB cerrará el ejercicio con deuda cero. La comunidad afronta los gastos de explotación de los dos canales de televisión y las cuatro cadenas de radio.

La falta de un modelo estable de financiación (similar al de otras cadenas europeas) ha conducido a la televisión pública española al endeudamiento. Ahora, la SEPI se propone aplicar sus "criterios de gestión empresarial" a RTVE.

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