Las autoridades irlandesas mantendrán la búsqueda de los marineros del 'Arosa'

Los servicios de salvamento de Irlanda no interrumpirán de momento la búsqueda de los seis marineros, tres españoles y tres africanos, que desaparecieron el pasado martes en la costa oeste de ese país tras el naufragio del pesquero gallego Arosa. Aunque las esperanzas de hallarlos con vida son nulas, un portavoz de los servicios de rescate marítimo irlandés prometió ayer hacer todo lo posible por recuperar los cuerpos de los pescadores y entregárselos a sus familias. El anunció coincidió con el hallazgo de un sexto cadáver.

Trámites

El cuerpo hallado ayer al mediodía es el de Alfredo Estévez García, de 32 años, motorista del Arosa y vecino de Bueu (Pontevedra). El cadáver fue arrastrado hasta la costa, en la bahía de Galway, donde el barco se hundió el martes tras chocar contra unos bajíos cuando se dirigía a puerto para refugiarse del temporal. Fue un pescador de la zona quien halló el cuerpo. A falta de que se complete el informe oficial sobre el accidente, las hipótesis apuntan a un error de navegación favorecido por el mal tiempo. Sólo uno de los tripulantes, Ricardo Arias García, de 24 años, logró salvar la vida gracias a que una ola lo arrastró hasta unas rocas cercanas.Las autoridades irlandesas son sensibles al deseo de los familiares de recuperar los cuerpos de los seis desaparecidos y van a proseguir la búsqueda. "Somos conscientes de que es necesario hacer lo posible para entregar los cadáveres a sus familias", declaró un portavoz de los equipos de rescate. Hasta ayer, se había peinado un área de 250 millas y continuaban en la búsqueda helicópteros y embarcaciones. Aunque mejoró la visibilidad, el viento volvió a impedir que los submarinistas accediesen al casco del Arosa, donde podría haber algún cadáver atrapado. El oleaje está destrozando lo que queda del pesquero y han aparecido trozos en las playas de la zona. Los pescadores irlandeses, aparte de colaborar en la búsqueda, han sembrado de flores el puerto de Rossaveal, donde iba a refugiarse el barco.

Un grupo de familiares de los fallecidos viajó ayer a Irlanda para agilizar los trámites de repatriación de los cadáveres. Fueron recibidos en el aeropuerto de Shannon por el canciller de la embajada española en Dublín, Javier Criado, y un técnico enviado por el Instituto Social de la Marina. Desde Shannon viajaron en autobús a Galway, donde tuvieron una emotiva llegada, según informa Efe. El primero en descender del autocar fue un niño de 12 años y el último, Daniel Martínez, uno de los armadores del Arosa. Los familiares vieron los cadáveres en el hospital de Galway. Allí, el sacerdote Terence Mc Laughlin les dirigió unas palabras en portugués y les invitó a rezar en memoria de los fallecidos. El religioso rogó a los periodistas que no abordasen a las mujeres de los pescadores porque las había encontrado muy afectadas.

Además, las familias también se han mostrado indignadas con la actitud de los armadores, que ni siquiera les llamaron para informarles de lo sucedido, y con las deficientes condiciones del barco, de 26 años de antigüedad. Las inspecciones del buque corrían a cargo de las autoridades del Reino Unido, país donde estaba registrado oficialmente, y los armadores aseguran que el Arosa pasó todos los controles.

Ante las críticas de las organizaciones de marineros, los Gobiernos central y autonómico se apresuraron ayer a recordar las ayudas que tienen establecidas para los familiares de las víctimas. El Ministerio de Trabajo concede 100.000 pesetas a los parientes de los muertos y 300.000 a los de los desaparecidos, ya que en este caso no pueden cobrar la pensión de la Seguridad Social hasta que hayan transcurrido tres meses. La Xunta, por su parte, tiene suscrito un seguro para estos casos, y las familias podrán percibir cantidades de entre 4.500.000 pesetas, para las de tres hijos o más, y medio millón. Además, también dispone de un programa de becas de estudio para los huérfanos del mar.