La izquierda catalana pacta una plataforma alternativa a CiU y PP

Las tres fuerzas de izquierda del Parlamento catalán, socialistas, republicanos y ecosocialistas, han alcanzado un acuerdo de principio para presentar una alternativa a la mayoría de derechas formada por Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP). La concesión que el socialista Pasqual Maragall ha tenido que hacer para incluir a Esquerra Republicana (ERC) ha sido convertir en propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, y eventualmente de la Constitución, lo que hasta ahora había planteado sólo como "adiciones" para superar lagunas y adecuarlo a los tratados europeos.

El desdeño con que Jordi Pujol rechazó el miércoles en el Parlamento catalán la oferta de pacto de gobierno que le formuló solemnemente el líder de ERC, Josep Lluís Carod, echó a los independentistas en brazos de Maragall. La consecuencia de aquel rechazo fue la inmediata elaboración de una plataforma de 10 puntos entre el PSC-Ciutadans pel Canvi, ERC, e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), que ayer fue sometida a votación en el parlamento autónomo en la última sesión del debate anual de orientación política general. Fue rechazada por 68 votos en contra, los de CiU y el Partido Popular (PP) por 67 a favor, que son los que suma la izquierda.Pujol había evitado hasta ahora la formación del bloque alternativo manteniendo en el Parlamento catalán una política de mano abierta a todos los grupos en infinidad de cuestiones menores, administrativas, y un acuerdo de fondo con el PP, no escrito ni formalizado, pero que le garantiza la estabilidad de su Gobierno en el Parlament y le permite superar las embestidas de la oposición de izquierda en los asuntos cruciales. Como sucedió meses atrás con el escándalo del caso Pallerols (un asunto de presunta financiación irregular de Unió) y la aprobación de los presupuestos de 2000, entre otros.

La izquierda calificó el acuerdo entre los tres partidos como "el fin de una etapa y el inicio de otra", por boca tanto de Maragall como de Carod y del presidente de IC-Verds, Rafael Ribó, así como de punto de inflexión en la legislatura, que CiU había conseguido superar hasta ahora sin que las izquierdas configuraran una oposición conjunta.

Aunque la satisfacción de socialistas y ecosocialistas era evidente, nadie quiso echar las campanas al vuelo, porque las diferencias con ERC siguen siendo importantes. Y Maragall quiso precisar que los 10 puntos acordados no son más que "el norte" que les guiará "para la construcción de la alternativa".

Pujol hizo lo que pudo ayer para demostrar que sigue ocupando el espacio central de la política catalana y manteniéndose en disposición de pactar tanto a derecha como a izquierda. Es decir, de no estar en manos del PP. "El grupo de CiU ha votado con todos los grupos de la Cámara y en 15 ocasiones con ERC", subrayó.

Pero el líder del PP, Alberto Fernández, no ocultaba su satisfacción por haber conseguido que CiU votara la resolución propuesta por su grupo que instaba a mejorar el autogobierno "en el marco del Estatuto y la Constitución". Y otra sobre la revisión de la financiación autonómica en los términos que presenta el PP.