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CRISIS EN YUGOSLAVIA

La oposición serbia corta carreteras y paraliza minas en su campaña de desobediencia civil

Toda Serbia, más en el interior del país que en la capital, Belgrado, vivió ayer una jornada de desobediencia civil con huelgas aisladas, cortes de comunicación y manifestaciones, para exigir que se reconozca el triunfo por mayoría absoluta del candidato de la Oposición Democrática de Serbia (DOS), Vojislav Kostunica, en la elección del 24 de septiembre. El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, lanzó ayer en un insólito mensaje televisado un feroz ataque contra la oposición, a la que acusó de "marionetas de la OTAN", y advirtió contra el riesgo de ocupación y desmembración del país.

Fue un día frío, lluvioso y otoñal en Serbia. Bajo la lluvia, los manifestantes bloquearon a primera hora de la mañana uno de los puentes sobre el Sava, que une la parte nueva y vieja de Belgrado. Algunas tiendas particulares habían cerrado a cal y canto. Taxis y autobuses bloqueban calles y plazas ante una policía impotente para organizar el caos de tráfico. Cerraron las escuelas y siguen sin funciones cines y teatros. Los estudiantes salieron a las calles al mediodía y marcharon en dirección a diferentes organismos administrativos y gubernamentales. Poca cosa para derribar un régimen empeñado en luchar por la supervivencia.Más seria que en Belgrado parece la situación en algunos puntos del interior. Se cortaron las comunicaciones por tren y en algunas carreteras. En muchas de las mayores ciudades de Serbia los estudiantes de secundaria ocuparon las calles. El conflicto más grave, que supone un cambio cualitativo por la participación de obreros, se produjo en la mina a cielo abierto de lignito de Kolubara, donde 7.500 mineros entraron en huelga el fin de semana. La importancia de esta mina es grande, porque abastece de carbón a la central térmica de Obrenovac, de la que depende la mitad del suministro eléctrico de Serbia. Algunas informaciones dan cuenta de que Obrenovac cuenta con reservas de carbón para ocho días. Después vendrían los cortes de luz. Si no los usa el Gobierno antes para crear confusión y malestar.

El nerviosismo del régimen es palpable. El déspota de Belgrado parece del todo consciente de que se la juega en este enfrentamiento con la oposición. Por eso, Milosevic bajó de las alturas y se lanzó ayer al ruedo con un discurso insólito. Dejó de lado las advertencias genéricas y atacó a los opositores por su nombre y apellidos. Fue el discurso de un hombre que se sabe acorralado y dispuesto a pelear.

Recurrió a la línea argumental que mantuvo a lo largo de toda la campaña electoral: descalificar a la oposición como vendidos a la OTAN y advertir contra el riesgo de desintegración y ocupación del país. Según Milosevic, "al frente de la DOS no se encuentra su candidato presidencial , sino su coordinador , colaboracionista con la OTAN, representante de los ejércitos que hace poco atacaron a nuestro Gobierno y nuestro pueblo". Advirtió Milosevic: "Es mi obligación advertirles de que las promesas de paz y bienestar son falsas. Al revés: nuestra política asegura el bienestar y la suya enfrentamientos".

Recurrió Milosevic a pintar un cuadro de los desastres que amenazan a Yugoslavia si gana la DOS: "Un país tutelado por la OTAN" que quedaría desmembrado.

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