_
_
_
_
Reportaje:

Una parroquia cerrada al 'obispo de los pobres'

La policía impide que monseñor Gaillot entre en la iglesia de Almería donde 59 inmigrantes llevan 12 días en huelga de hambre

Un obispo se encontró ayer en Almería con la imposibilidad de acceder a una iglesia. La paradójica situación la protagonizó monseñor Jacques Gaillot, más conocido en París con el sobrenombre de El obispo de los pobres, cuando trató de acceder a los bajos de la parroquia de San José para visitar a los 59 magrebíes que desde el pasado día 20 mantienen una huelga de hambre para exigir su regularización en España.Franquear la puerta de acceso a los bajos de la parroquia, custodiada por el Cuerpo Nacional de Policía desde que comenzó la protesta, fue imposible para el obispo. Ni las llamadas telefónicas al subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso, ni las conversaciones con el párroco de San José, Antonio Sánchez Segovia, ni los intentos de reunirse con el obispo de Almería, Rosendo Álvarez, surtieron efecto.

La pelota pasó de un tejado a otro y, al final, sin que quedara muy clara la razón, el que fuera obispo de Normandía hasta que Roma lo destituyó en 1995 por sus particulares opiniones ante temas como la inmigración o los anticonceptivos, se quedó sin poder entrar en la iglesia para visitar a los inmigrantes.

Sólo pudo verlos a través de unas pequeñas ventanas enrejadas que dan a la calle, situadas en los bajos de la iglesia donde los inmigrantes se han encerrado. Ubicadas a ras del suelo, se han convertido en el único modo de comunicación entre los encerrados y los cientos de compañeros que les apoyan.

Esas ventanas fueron ayer la única posibilidad que el religioso francés encontró para mantener un breve contacto con los encerrados. En cuclillas, rodeado por los que desde el principio duermen en la calle, monseñor Jacques Gaillot no pudo más que hacer llegar unas palabras de solidaridad por el hueco de un ventanuco.

"El domingo estuve en la misa de la parroquia de San José y pude ver cómo los feligreses salían sin decirles nada a los inmigrantes que había en la calle. El párroco dio un buen sermón, pero no hubo gestos hacia los inmigrantes. Yo esperaba algún gesto. Lo que ocurre es que, en general, hay mucha gente que no quiere problemas", explicó ayer Jacques Gaillot, después de que se le negara el acceso al templo.

Un par de horas antes, monseñor Gaillot pronunciaba unas palabras parecidas: "Creo que hay mucha gente que tiene miedo. Cuando se tiene miedo es difícil ser libres, y tanto en la sociedad como en la Iglesia hay mucha gente que tiene miedo a hablar, a comprometerse, a perder su reputación o sus privilegios", explicó el obispo de los pobres. Fue en El Ejido, en la sede de la Asociación de Mujeres Progresistas, que ayer recibió el premio alternativo de Derechos Humanos Alpes Abiertos-Fronteras Abiertas, por su trabajo en defensa de los inmigrantes.

Al acto de entrega de este premio acudieron también, entre otros, el cura suizo Cornelius Koch -inspirador de la creación del galardón, junto con el Comité Europeo de Defensa de los Refugiados y de los Inmigrantes (CEDRI)-, y el presidente de la Federación de Asociaciones de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, José Antonio Gil. Al margen de las adhesiones de asociaciones y políticos suizos, el premio está también respaldado por personas como el premio Nobel de Literatura, José Saramago, las periodistas Rosa Montero y Lourdes Ortiz, o el escritor uruguayo Eduardo Galeano, entre otros.

Sin embargo, este galardón poco importaba a las autoridades que ayer impidieron la visita prevista por este obispo parisino a unos inmigrantes que están dispuestos a llevar la huelga de hambre hasta sus últimas consecuencias mientras no se les ofrezca una salida digna a su situación de irregularidad en España.

Sólo en Almería se presentaron 20.787 solicitudes en el último proceso extraordinario de regularización. De las 15.000 que ya han sido tramitadas, 8.000 han sido desestimadas. Los inmigrantes no entienden por qué, ya que muchos aseguran que llevan en España más de dos y tres años. Por eso se niegan a comer. Si no tienen papeles, afirman, tampoco tendrán modo de buscarse el pan. Mientras, monseñor Gaillot recuerda que Europa no puede convertirse en una fortaleza: "Eso sería como levantar un muro de arena contra la marea. No se puede impedir que los pobres vayan donde está la riqueza".

[Por otro lado, un total de 80 inmigrantes ilegales fueron detenidos en las últimas horas en Algeciras y Ceuta por la Guardia Civil y la Policía Local, respectivamente. Asimismo, la Guardia Civil detuvo en Melilla a una pareja de marroquíes que había manipulado su vehículo para esconder en el lugar del depósito de combustible a inmigrantes africanos].

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_