El euro vino a quedarse
Del referéndum sobre la introducción del euro en Dinamarca (...) habrá que extraer lecciones a este lado del Mar del Norte. La primera es reconocer la emocionalidad total utilizada por los antieuropeos. La apelación mística a los sentimientos de nación, raza y hasta tribu puede mover a la risa sin dejar de tener gran fuerza. Si no se combate, puede contribuir a crear una atmósfera en la que ser pro europeo sea visto como algo antipatriótico, en cierto sentido. (...) Cuando los enemigos de Europa hablan de "soberanía", de "per-der el control sobre nuestro des-tino" y de un estado supraeuropeo, lo que hacen es crear un fan-tasma que no existe en la realidad.Es cierto. Las instituciones europeas de Bruselas y Estrasburgo podrían, y deberían, ser más democráticas. Tienen una gran capacidad de interferencia (...) pudiendo llegar a abusar de su poder. (...) Es verdad que podríamos perder la libra, pero el Gobierno británico no tiene desde hace mucho tiempo capacidad real para controlar su valor, y por el contrario podríamos tener un lugar (...) en la mesa que toma las decisiones sobre tipos de interés europeos y política económica, asuntos cruciales para la vida de los británicos. Tener voz allí sería una mejora democrática y un reforzamiento de nuestra soberanía, no todo lo contrario. El resultado de Dinamarca no debe distraernos de estos argumentos. (...) El resultado del referéndum no significará ninguna diferencia para el resto de Europa: el euro vino para quedarse. (...) Tenemos que tener claro cuáles son nuestros intereses a largo plazo.
, 29 de septiembre
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