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Las discotecas de Zeleste funcionarán hasta el cierre del local

Alquiler a 185.000 pesetas

Recaudar fondos para hacer frente al pago de la nómina de sus 44 empleados y las facturas de los proveedores directos del local es la intención que tiene la dirección de Zeleste, expresada ayer por fuentes de la gerencia del local del Poblenou. Por ese motivo y ante el desahucio por impago de alquileres que se producirá el próximo 9 de octubre, las discotecas que funcionan en la sala entre viernes y domingo seguirán abiertas durante este fin de semana y el próximo. Todo hace suponer que la afluencia de público será masiva, tal como viene ocurriendo desde que a comienzos del pasado agosto se anunció el cierre de la sala por deudas. La dirección artística de Zeleste se está planteando también la posibilidad de ofrecer dos conciertos de despedida el último fin de semana de actividades con los que se daría carpetazo a los 27 años de historia del local.Mantener la actividad de las discotecas servirá también para poder hacer frente a las deudas que Zeleste mantiene con los acreedores que en 1988 llevaron a la sala a declararse en quiebra. Según fuentes de la gerencia de Almogàvers S. A., empresa que gestiona el local, esta suma se eleva a cerca de 54 millones de pesetas. Los acreedores aceptaron que Almogàvers S. A. y Víctor Jou levantasen la quiebra en 1995 a cambio de que se saldasen sus deudas en un plazo de 10 años. Fuentes de la gerencia reconocieron que "el negocio central de Zeleste nunca ha estado basado en los conciertos, como sucede en las salas de conciertos, sino en la hostelería, ya que siempre ha representado una actividad regular. "El alquiler de la sala a los promotores de conciertos constituía un 20% del total de los ingresos, ya que desde que la sala no pudo organizar los espectáculos se tuvo que recurrir a alquilarla a los promotores externos", explicaron las fuentes.

Zeleste cobraba a los promotores por el alquiler de la sala 1 185.000 pesetas, cantidad a la que se podía sumar una media de 400.000 pesetas por recaudación en barra. El alquiler de la sala 2 era de 150.000 pesetas y la recaudación por el bar se situaba en torno a las 300.000 pesetas. "Con estas cantidades", precisaron estas fuentes, "resultaría casi imposible mantener los gastos fijos y la infraestructura del local, por lo que se puede asegurar que la principal fuente de financiación nunca ha sido la música en directo".La reacción de los promotores privados ante el cierre definitivo de Zeleste no ha variado desde que trascendió la acumulación de la deuda y la instancia de deshaucio. Carles Asmarats, de la firma Encore, indicó que ante la planificación adelantada de los conciertos ya habían descartado Zeleste como un local viable durante el último trimestre del año. "Desde hace tiempo seguimos buscando espacios alternativos". El Departamento de Cultura se remitió a la intención mediadora expresada por el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, cuando se supo que Zeleste podría cerrar.

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