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65 muertos al hundirse un barco griego en el Egeo

Al menos 65 personas han muerto, más de 10 han sido dadas como desaparecidas y 453 lograron ser rescatadas de las aguas del mar Egeo al hundirse el transbordador griego Express Samina tras chocar con un islote cercano a la isla de Paros (en las isla Cícladas) durante la noche del martes al miércoles. Las autoridades griegas han ordenado la apertura de una investigación por negligencia criminal y han atribuido la catástrofe a un error humano. Tanto el capitán del barco como su segundo y otros tres oficiales han sido detenidos tras reconocer que no se encontraban en el puente de mando en el momento del choque. Según algunas versiones, estaban viendo un partido de fútbol en televisión. Entre las víctimas no figura ningún español.El ministro de Justicia griego, Michalis Stathopulos, declaró ayer en el Parlamento que existían "graves indicios que demostraban una negligencia criminal". "Ha quedado de manifiesto que los responsables del barco no se encontraban en el puente de mando. Existen graves responsabilidades en todos los terrenos", añadió luego en declaraciones a una emisora de radio griega.

Según declaraciones de varios pasajeros, el capitán del barco se encontraba viendo un partido de la Liga de Campeones que enfrentaba al equipo de fútbol griego Panathinaikos con el Hamburgo de Alemania cuando el barco se encontraba a unos tres kilómetros del puerto de Paros. Estas declaraciones no han sido confirmadas hasta el momento.

Uno de los marineros del transbordador, Panayotis Gastaglis, que en el momento del siniestro se encontraba en el puente de mando, declaró a una agencia de prensa griega: "Eran cerca de las diez de la noche del martes. El viento soplaba con gran violencia y la visibilidad era muy reducida. De repente vimos el faro a 30 metros de nosotros y ya no se podía hacer nada para evitar la colisión".

El faro del islote contra el que topó el barco estaba encencido y sus "luces podía haberlas visto hasta un ciego", según declaró el jefe de la Capitanía Naval de la zona, Andreas Sirigos. El choque contra las rocas abrió una enorme grieta en el caso del barco que provocó su rápido hundimiento, provocando la peor catástrofe naval que ha conocido Grecia en los últimos 35 años.

Los habitantes de la isla de Paros no se explican cómo el barco chocó contra el islote de Portés, cuyo faro se levanta a más de 20 metros del nivel del mar y su luz es visible a unos 13 kilómetros, está señalizado en las cartas marinas y es muy conocido por los hombres del mar.

Los testimonios de los pasajeros revelan que el pánico se apoderó del transbordador tras el choque, por lo que va a ser investigada también la falta de preparación de la tripulación ante el incidente.

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Las labores de rescate se han visto entorpecidas por el mal estado del mar, con vientos de gran intensidad y olas de hasta 10 metros.

El barco, con 34 años de antigüedad y que iba a ser retirado de la circulación el próximo mes de diciembre, acababa de ser objeto de una revisión por parte de las autoridades navales. El martes mismo pasó un nuevo control técnico tras una denuncia de uno de los miembros de la tripulación sobre el mal funcionamiento de los instrumentos de navegación.

El barco, uno de los centenares de transbordadores que cubren el trayecto entre el continente y las islas griegas, tenía capacidad para 510 personas, pero según las cifras de víctimas y rescatados suministradas por las autoridades, tenía a bordo entre 526 y 529 personas, de ellas 55 extranjeros.

Entre las víctimas no figura ningún español. La Embajada española en Atenas declaró que en la isla de Paros se encuentran tres ciudadanos españoles, pero que ninguno de ellos viajaba en el Express Samina, barco que es propiedad de la compañía Agapitos Lines.

La compañía dice que el capitán dio las oportunas órdenes para abandonar el barco, que fueron repartidos chalecos salvavidas entre el pasaje y que los botes salvavidas estaban operativos. Los supervivientes contradicen estas afirmaciones y señalan que tuvieron que salvarse por sus propios medios en medio de la oscuridad y del gran oleaje que les arrastraba hacia las rocas del islote.

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