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Un periodista holandés ingresa en prisión por no revelar sus fuentes

El reportero informó de que la policía había mentido en un caso

Por primera vez en medio siglo, un periodista holandés ha sido encarcelado por negarse a revelar sus fuentes. El reportero Koen Voskuil, de 25 años, recogió en Spits, un diario de distribución gratuita, las declaraciones de un agente anónimo que aseguraba que la policía "inventó" la excusa que permitió registrar la casa de un importante traficante de armas. El periodista se negó a revelar el nombre de este agente.

Cuestión de seguridad

De resultar cierta la información proporcionada por el agente anónimo, el caso, y con él la condena de tres años y medio que recibió el acusado de tráfico de armas, deberían ser revisados. Esto demostraría fundamentalmente que los altos mandos del cuerpo policial han mentido en todas sus declaraciones. Los agentes han asegurado hasta ahora bajo juramento que llegaron a la vivienda en la que encontraron una gran partida de armas de forma casual, tras recibir una llamada por una pequeña inundación.

Secreto profesional

El magistrado que debe resolver el recurso presentado por el condenado ordenó el encarcelamiento de Voskuil cuando éste se nego a revelar el nombre del policía que le había dado la informacion. A juicio del juez, la integridad de la policía es una cuestión de "seguridad nacional con prioridad sobre el derecho a mantenerse en silencio" del periodista. En Holanda, al igual que en otros países europeos, abogados, médicos y notarios han tenido tradicionalmente derecho a reservarse determinadas informaciones en aras del secreto profesional. En 1996, el Tribunal Supremo holandés incluyó también a los periodistas, después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinara que "la protección de las fuentes es condición inherente a la libertad de prensa en una convivencia democrática". Sólo en casos excepcionales en los que haya grandes intereses en juego puede el juez ordenar el encarcelamiento del profesional.

No se sabe cuanto tiempo tendrá que permanecer Voskuil en la cárcel. El juez le ha convocado para un interrogatorio el próximo 9 de octubre, pero su detención podrá ser prolongada si el periodista -como ya ha adelantado su abogado que hará- se mantiene en la decisión de no revelar el nombre de su informante.

El caso ha dado paso a una discusión sobre los límites del secreto periodístico en Holanda. La Asociación Holandesa de Periodistas, que ha solicitado al Ministerio de Justicia la inmediata liberación de Voskuil, opina que no se trata de "una situación con amenaza para la vida", en la que las obligaciones civiles deban prevalecer sobre la protección de la fuente.

La organización teme que el caso afecte a la información que reciben los periodistas de personas que sólo se deciden a hacer denuncias cuando saben que pueden permanecer en el anonimato.

Un precedente similar sirvió para desencadenar el caso Watergate, que en los años sesenta desembocó en la dimisión del entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.

Las repercusiones han llegado también a la política. La mayoría de los diputados de la Cámara Baja se pronunció ayer a favor de establecer claramente en una ley los casos en los que el periodista tiene derecho a acogerse al secreto profesional para no revelar sus fuentes. Por su parte, el partido liberal D66 ha defendido desde las paginas de opinión del Volkkrant, uno de los diarios más prestigiosos del país, la creacion de una comisión de periodistas -similar a la que existe en el colegio de médicos- que decida cuándo debe prevalecer el interés público. El Partido Socialista ha pedido a Justicia que aclare públicamente las razones de la detención de Voskuil.

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