Juzgado un ex alcalde de CiU por poner fincas ajenas a nombre de su padre

El fiscal solicitó ayer dos años de cárcel y siete de inhabilitación para Agustí Picas Martell, ex alcalde de Prats i Sansor (Cerdanya) por Convergència i Unió (CiU), acusado de un delito de falsedad y otro de prevaricación, cometidos presuntamente al enviar al catastro documentos que contenían datos falsos con el fin de inscribir a nombre de su padre y de una persona fallecida seis fincas rústicas que eran propiedad de otro vecino.Los hechos, que fueron juzgados en la Audiencia de Lleida, se remontan al año 1994, cuando Agustí Picas, en calidad de presidente de la junta pericial encargada de realizar la última revisión catastral en el municipio, atribuyó a su padre la titularidad de unas fincas próximas al río Segre que desde 1963 eran propiedad de Josep Barba, aunque éste no las tenía registradas.

Para ello, el ex alcalde rellenó personalmente los impresos de revisión del catastro, en los que modifícó los datos referidos al anterior y al nuevo titular, y lo hizo a pesar de que al pie del documento, antes de la firma, se hacía constar textualmente: "Los errores indicados han sido comprobados y son ciertos".

La supuesta manipulación fue detectada a los pocos meses de producirse, cuando Josep Barba descubrió que una de las fincas que pretendía vender figuraba en el catastro a nombre de otra persona.

Picas, a preguntas de la acusación, justificó su actuación alegando que estaba totalmente seguro de que las tierras pertenecían a su padre puesto que las venía trabajando desde hace más de tres décadas y había pagado durante ese tiempo los recibos de la contribución.

El perjudicado ha aportado a la causa las escrituras que acreditan la propiedad de las fincas y durante el juicio celebrado ayer señaló que nunca autorizó a la familia Picas para que trabajara las fincas.

En un principio, el fiscal acusaba al ex alcalde de haber sido el inductor de la falsificación, al considerar que la había realizado el secretario municipal cumpliendo órdenes, pero en la vista, Picas reconoció que había manipulado los documentos personalmente.