Bibliotecas escolares

¿Le gustaría que sus hijos empezaran el curso en un centro escolar con una biblioteca en donde encontrar información y placer en la lectura?Nuestro centro (1.200 alumnos) se integró en el proyecto de bibliotecas promovido por el Ministerio de Educación y Ciencia hace dos años: un profesor recibe formación durante 100 horas para poner en marcha una biblioteca que parecía salir así del sempiterno olvido administrativo. De vuelta al tajo, hemos catalogado hasta el momento casi 7.000 ejemplares, clasificándolos por temas; suprimimos las vitrinas para dar acceso directo al libro sin tener que pedir una llave cada vez que se quisiera consultar; ampliamos los espacios y los horarios para el estudio y el préstamo (con un incremento de más del 50%)... Empezamos a cosechar los frutos.

El 1 de septiembre, como primera instrucción de nuestra recién estrenada transferencia a la Comunidad de Madrid, nos comunican la supresión del proyecto: el profesor responsable pasa de tener ocho horas de dedicación semanal a sólo una, medida de difícil justificación cuando sabemos que el fracaso escolar está íntimamente relacionado con las carencias lectoras.

En caso de que usted contestara sí a la pregunta que abre esta carta, averigüe (yo lo he intentado infructuosamente) quién pueda responderle en la Consejería: ¿cómo piensa rentabilizar el señor consejero de Educación los costes y los esfuerzos que hemos hecho? Tenemos un ordenador con un catálogo informatizado y un lector de código de barras: ¿quién se va a ocupar de catalogar, prestar los libros e implantar el sistema automatizado de préstamo? Indíqueme cómo quiere que promovamos el uso de un centro de documentación entre nuestros alumnos y profesores, cómo recomendaremos libros... El lema de nuestra biblioteca es: "Aprender, leer, vivir". ¿Lo podremos mantener? Toc, toc, toc: ¿Hay alguien ahí? Espero instrucciones.- Donaciano Pardo. Fuenlabrada (Madrid).