Cuatro heridos en dos atentados con explosivos en Irlanda del Norte
Los paramilitares protestantes intensificaron ayer sus hostilidades con la detonación de dos bombas en sendas ciudades de Irlanda del Norte que causaron cuatro heridos, uno de ellos grave. El primer ataque, de madrugada, destrozó un edificio de Shankill Road, en Belfast, donde tienen sus oficinas el Partido Democrático del Ulster (UDP) y un colectivo de ayuda a los presos lealistas. El UDP es portavoz en el proceso de paz de la Asociación en Defensa del Ulster (UDA) y su tapadera militar Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF). Ambos mantienen con la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), presuntos autores del atentado de ayer en Belfast, una guerra abierta que ha dejado un saldo de tres muertos y decenas de familias desplazadas de sus residencias en los últimos dos meses. Las iniciativas de sus respectivos representantes políticos por potenciar el diálogo que lleve a la tregua han conducido a callejones sin salida. La segunda bomba, instalada en los bajos de una furgoneta, estalló por la mañana en una concurrida calle del enclave costero de Bangor. El conductor sufrió graves heridas en las piernas.
La violencia de las últimas semanas no es exclusiva del sector protestante radical. El IRA Auténtico, autor de la bomba de Omagh, viene protagonizando periódicos ataques contra las fuerzas de seguridad en zonas fronterizas de Irlanda del Norte. Este grupo de disidentes republicanos, escindidos del IRA a raíz del proceso de paz, han reforzado su infraestructura y adquirido armas en Croacia, según la policía irlandesa, que interceptó un envío este verano.
El deterioro de la situación ahonda la brecha en el seno unionista entre partidarios y opuestos al proceso político. El principal partido de la región, el Unionista del Ulster, que lidera David Trimble, primer ministro autonómico, podría perder un escaño en Westminster en la elección parcial que se celebra el jueves en South Antrim. La tradicional mayoría del partido de Trimble en esta zona podría desvanecerse dada la creciente desilusión de los unionistas moderados con un proceso, denuncian, que favorece en mayor medida la causa republicana.
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