La banda conserva intacta su infraestructura en Guipúzcoa
Pérdida del 'Vizcaya'
Guipúzcoa, el territorio de la comunidad autónoma vasca con mayor implantación nacionalista, sigue siendo la base de operaciones de ETA y su zona de repliegue, a la luz de los últimos atentados de la banda desde que rompió la tregua. Por mucho esfuerzo -despliegue de atentados en el País Vasco y otros puntos de España- que haya realizado la banda terrorista para demostrar que es una nueva organización minuciosamente reconstruida durante los meses de alto al fuego, los datos parecen demostrar que la única infraestructura estable y sólida de que dispone, por muy renovados que tenga sus comandos con jóvenes dispuestos a tomar las armas, se concentra en Guipúzcoa.Los asesinatos del ex gobernador civil Juan María Jáuregui en Tolosa; del empresario José María Korta en Zumaia; del concejal del PP José Manuel Indiano en Zumárraga, y la explosión de la discoteca de Narciso Korta en Deba, junto a los principales actos de violencia callejera, confirman a Guipúzcoa como el principal escenario de la ofensiva de verano.
También ETA ha pretendido dar señales de fortaleza demostrando capacidad de reacción tras adversidades como la muerte de cuatro terroristas en el barrio bilbaíno de Bolueta, cuando estalló el explosivo que transportaban.
La pérdida del comando Vizcaya y la desarticulación en agosto, por parte de la Ertzaintza, de los apoyos legales del comando Araba han limitado a la renovada ETA. Pero la banda conserva intacta su potente infraestructura en Guipúzcoa, sin que haya sufrido merma desde hace muchos años. Tan sólo se detuvo durante la tregua al incipiente comando Donosti que estaba creando Sergio Polo, pero este golpe no puso a los expertos en la pista de los pisos y los colaboradores legales (no fichados por la policía) de los numerosos grupos operativos dispersos, de los que se sospecha que actúan con carácter itinerante fuera de Guipúzcoa y que constituyen la red de apoyo del comando Donosti en los pueblos de la comarca de San Sebastián.ETA conserva, además, el zulo en el que mantuvo secuestrados a José María Aldaia y Cosme Delclaux, un escondite nunca descubierto.
[Francisco Aramburu Landa y Lorena Somoza Chamizo, dos de los 20 detenidos en la Operación Lobo Negro contra el entramado político de ETA, salieron de la cárcel durante el fin de semana pasado tras abonar las fianzas de uno y cinco millones de pesetas, respectivamente, que el juez Baltasar Garzón les impuso para eludir la prisión, según informaron ayer fuentes jurídicas.]
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