Celuloide de pólvora y muerte La Fundación Blas Infante edita un libro sobre el cine en Andalucía durante la guerra civil
Republicanos y rebeldes
Han tenido que transcurrir más de 60 años para que se edite un riguroso estudio sobre el cine que se realizó, distribuyó y exhibió en Andalucía durante la guerra civil. Su autor es el aragonés José María Claver (Zaragoza, 1958), residente en Sevilla desde 1991, que pudo realizar este estudio gracias a una beca de investigación de la Junta. La génesis de este doble volumen surge cuando estudiaba las posibles opciones para su tesis doctoral.Agustín Sánchez Vidal, historiador de cine y experto en la obra de Luis Buñuel, le propuso que investigara sobre el cine en Aragón durante la contienda civil. En aquel momento Sánchez Vidal acababa de adquirir un viejo volumen en Italia sobre esta materia y en España aún no se había publicado nada. "Empecé a rastrear en muchas filmotecas de Europa y en otros centros de documentación, pero cuando la tesis se publicó yo vivía en Andalucía y me sentía más vinculado con esta comunidad, de modo que me planteé hacer otro estudio, pero esta vez centrándolo aquí, donde la situación fue bien distinta durante la guerra", afirma Claver.
La mayor parte de la producción realizada en estos tres años es de carácter documental, "lo que subraya la utilización del cine como arma de propaganda y agitación, tanto en un bando como en otro".
Para Claver, la principal diferencia entre los noticiarios republicanos y los realizados por los rebeldes -entre cuyos cineastas figuró el escritor y director de cine Edgar Neville- "es la unidad de discurso en éstos, frente a la pluralidad de visiones entre los republicanos, según se trataran de anarquistas, marxistas o nacionalistas catalanes".Así, en su estudio sobre Aragón recalca el importante papel de los anarquistas en el cine, mientras que en Andalucía es el sindicato UGT el que, prácticamente, aglutina a todo el sector de espectáculos.
En el libro de Claver, que la Fundación Blas Infante acaba de editar en dos volúmenes, se recoge el proceso de "socialización" de las salas de exhibición, y el posterior proceso de devolución a sus propietarios cuando llegaron las tropas rebeldes, así como la obligada apertura de estos locales como señal de normalidad en la España sometida por el ejército de Franco. Se incluye asimismo la transformación en centros de detención y cárceles provisionales de algunas salas de exhibición. Es el caso del cine Jáuregui en Sevilla, donde precisamente estuvo recluido Blas Infante hasta su fusilamiento.
Tres años han sido necesarios para poder concluir este riguroso estudio. Claver tuvo que acudir a diversas hemerotecas y archivos, pero principalmente a la Hemeroteca Municipal de Madrid, al Archivo de Salamanca dedicado a la guerra civil y al Archivo Militar de Ávila, donde pudo consultar la prensa editada durante dicho trienio.
En opinión de este investigador, Andalucía tuvo bastante importancia en el cine realizado al arbitrio de las tropas de Franco. "Los principales centros de producción eran Madrid y Barcelona, que estaban bajo control de la República, así que muchas distribuidoras y productoras como Cifesa se instalaron en Sevilla, que se convirtió en la capital cinematográfica de los nacionales". De este modo, se controlaba todo el cine propagandístico de los rebeldes desde esta ciudad. Por la misma razón, "hay muchas más imágenes de Andalucía por parte del bando nacional que de la Andalucía republicana, como puede ser la batalla de Málaga y el frente de Jaén y Córdoba".
El cine en Andalucía durante la guerra civil recoge también la infraestructura cinematográfica en cada una de las provincias andaluzas antes y durante el conflicto bélico, la creación de la censura en Sevilla, así como la imagen de Andalucía tanto en un bando como en otro. Este libro supone también el final de una etapa en la labor investigadora de su autor, quien asegura que su siguiente trabajo no tendrá nada que ver con la guerra civil.
