Rabat actúa contra el tráfico de ilegales Ante la visita de Mohamed VI
Droga, emigración y pesca, principales contenciosos entre Marruecos y España
Cuatro embarcaciones con 77 emigrantes apresadas en la última semana; cinco redes de traficantes de hombres desmanteladas en Kenitra y 500 detenidos. En vísperas de la primera visita de Estado a España del rey de Marruecos, Mohamed VI, las autoridades de Rabat multiplican las redadas contra el tráfico de pateras. En otras épocas del año, la cooperación que brindan a las fuerzas de seguridad españolas, aunque ha mejorado, dista mucho de ser eficaz.
Además del litigio histórico sobre Ceuta y Melilla y del pesquero, que está al rojo vivo, España tiene con Marruecos otros dos contenciosos que tienden a agravarse pese a los gestos de estos días: emigración y droga.En el primer semestre del año han sido interceptados en la costa andaluza 7.314 irregulares, en un 81% marroquíes, más del doble que en el mismo periodo de 1999. La Guardia Civil ha apresado 316 embarcaciones, mientras que las patrulleras marroquíes sólo han bloqueado a seis.
Procedentes también de Marruecos, en 1999 fueron decomisadas en España cerca de 500 toneladas de hachís, una cantidad que, probablemente, será rebasada este año. La cifra representa una ínfima parte de la producción marroquí, estimada en 250.000 hectáreas, casi toda exportada a Europa, y con tendencia al alza. De los 760.000 millones de pesetas que genera al año la recolección y tráfico de droga viven, en total, un millón de marroquíes.
La Agencia del Norte, que coordina el desarrollo del Rif, la principal zona de cultivo, recibe fondos comunitarios para fomentar la reconversión de cultivos, pero no lo ha logrado. Rabat insiste en que necesita más ayudas.
Si la visita del monarca, que empieza mañana, no cambiará sustancialmente la cooperación policial -Marruecos carece de medios y su corrupción administrativa le impide aplicar una política de mano dura-, el Gobierno sí confía en que servirá para "relanzar el diálogo sobre la pesca", repite el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.
Desde que expiró en noviembre el anterior tratado pesquero con la UE, que permitía faenar en aguas marroquíes a más de 500 barcos españoles, Bruselas y Rabat prácticamente no han negociado. Cañete espera que a finales de mes ambas partes se sienten frente a frente. El tiempo apremia. Si el 30 de noviembre no hay acuerdo es probable que la flota española nunca vuelva a aguas marroquíes. Ésa es la "fecha límite" que se ha fijado el Ejecutivo, porque entonces tan sólo faltará un mes para que se acaben las ayudas comunitarias a pescadores y armadores y, como son improrrogables, deberá tomar otras medidas.
Samuel Juárez, secretario general de Pesca, ha dejado entrever que la flota industrial debería ser recolocada en otros caladeros mientras la artesanal sería desmantelada. La prensa de Rabat ha indicado en más de una ocasión que la aprobación del tratado de pesca, en última instancia, depende del rey. De ahí que el Gobierno español confíe en el impulso real para desbloquear al menos ese litigio.
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