"La Comisión ha sido el motor de la ampliación", asegura el informe sobre el primer año de gestión

El actual presidente de la Comisión, Romano Prodi, considera uno de sus puntos fuertes la actitud de la Comisión ante el desafío de la ampliación de la UE. En su opinión, los jefes de Estado de los Quince han adoptado "la estrategia de la Comisión" en ese terreno y, gracias a ello, fue posible abrir en diciembre de 1999 las negociaciones de adhesión con seis países (Rumania, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Bulgaria y Malta), además de reconocer a Turquía el estatuto de país candidato. Con anterioridad, ya se habían abierto los procesos de negociación con Polonia, Chipre, República Checa, Estonia, Hungría y Eslovenia."La Comisión ha sido el motor de la ampliación", se afirma en un documento de balance del primer año del equipo Prodi. Agrega que el Ejecutivo comunitario hace lo posible para que esas negociaciones de adhesión se aceleren, y pone como ejemplo el apoyo a las reformas económicas en Rumania, la adopción de iniciativas para reforzar la seguridad nuclear en los países candidatos. La ampliación, que sólo será posible si la UE aprueba las reformas institucionales que darán paso a un nuevo Tratado de la Unión, ya tiene hoy una fecha de referencia fijada por el propio Prodi: comenzará antes de que concluya su mandato en diciembre de 2004.

Pero también en el campo de la ampliación está uno de los puntos negros del primer año de esta Comisión. Así, el portavoz de Prodi, Jonathan Faull, reconoció ayer que "falta una mayor explicación al ciudadano sobre el gran cambio que se avecina". Se da la circunstancia de que una de las más recientes polémicas internas se debió a un comentario del comisario alemán Günter Verheugen, responsable de la ampliación, quien señaló que el proceso de adhesiones debía ser sometido a consulta popular para no hacerlo, como con el euro, a espaldas de los ciudadanos.