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Monjas de clausura de Almería logran que un juez pare unas obras del Obispado

Ejecución de la casa

Las obras de la residencia de sacerdotes que el Obispado de Almería construye junto al convento de clausura de la Purísima Concepción, conocido popularmente como Las Puras, han sido paralizadas por un juez a instancia de las monjas. La causa de la suspensión es un interdicto de obra nueva presentado por el representante legal de las religiosas, opuestas a que el Diocesano contemple la apertura de vanos en la pared divisoria con el convento."Se han abierto unos huecos sobre una finca ajena sin guardar las distancias que marca la ley, ésa es la causa del interdicto", explicó ayer el letrado Juan Manuel Rodríguez. Al parecer, lejos de guardar la distancia de tres metros marcada por ley entre las paredes divisorias, el nuevo edificio se ha alzado -"pared con pared"- junto al convento de arte mudéjar declarado Bien de Interés Cultural con categoría de monumento.

El interdicto, tal y como ha confirmado el abogado de la comunidad de religiosas, obra en poder del juzgado número 7 de la capital desde la semana pasada y, tras su análisis, ha decretado la paralización de la construcción hasta citar a las partes para que argumenten sus posturas.

El Obispado, por su parte, ha negado siempre que el nuevo edificio contemple ventanas sino "cerramientos fijos traslúcidos" que permitirían luz, pero no vistas. Un comunicado emitido hace tres meses aseguraba que los muros de los edificios se ubicaban uno frente a otro y que, desde la casa sacerdotal, no existe visión alguna, "puesto que no hay ventana, sino cerramiento fijo traslúcido".

La misma nota aseguraba que la edificación no comete irregularidad urbanística alguna ni lesiona derechos por estar construida "en el mismo solar centenario en el que estuvo el antiguo seminario y, después, el colegio diocesano, que tenía ventanas en ese muro".

No es la primera vez que la ejecución de la futura casa sacerdotal sufre paralizaciones. En octubre del pasado año, Cultura se vio obligada a suspender los trabajos de obra a cuenta de las grietas provocadas en la capilla y en el coro alto de la iglesia del convento. La incidencia vino provocada por la formación de los cimientos de la casa diocesana y por el vaciado en el subsuelo, que acaparó superficie bajo las capillas que integren la iglesia del convento.En este sentido, la Junta impidió la continuidad en los trabajos hasta tener garantías suficientes de la debida conservación del monumento y obligaba a la empresa constructora a cambiar el tipo de cimentación que se estaba llevando a cabo o modificar todo el proyecto.

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Y es que la inclusión en el proyecto arquitectónico de un garaje con capacidad para unos 20 coches del parque móvil del Obispado supuso mayores riesgos en los trabajos de vaciado del subsuelo.

El incidente de las grietas tuvo lugar apenas un año después de que el convento de clausura mostrara al público su renovada imagen tras una intervención restauradora de nueve años y que supuso una inversión de 143 millones de pesetas. La entonces delegada de Cultura, Martirio Tesoro, reconoció la "alegría compartida" de creyentes y no creyentes por la recuperación del monumento mudéjar integrado con cuerpos de edificación yuxtapuestos.

La construcción del nuevo edificio del Obispado ha resultado ser más que polémica para el Obispado almeriense que, desde las reuniones previas a la edificación mantenidas con Cultura -que medió por las religiosas a petición propia-, encontró siempre el rechazo de las monjas por el alzado del bloque.

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