UPN admite que la autopista del Pirineo depende de lo que decidan París y Madrid

amplona La construcción de la autopista transfronteriza entre Pamplona y Bayona, cuyo coste se calcula en 126.000 millones de pesetas, depende de la voluntad política de los gobiernos de España y Francia. Así lo reconoció ayer el consejero navarro de Transportes, José Ignacio Palacios, en una comparecencia parlamentaria en la que volvió a señalar que las infraestructuras viarias que impulsan Euskadi y Aragón pueden conducir a Navarra a una "zona de sombra" muy perjudicial para el desarrollo socioeconómico de Navarra.

Palacios no aclaró cómo se financiaría esta nueva vía de gran capacidad con origen en Madrid y final en la capital vascofrancesa y únicamente repitió que los estudios técnicos han confirmado la viabilidad medioambiental, económica y técnica de la autopista. El tramo navarro costaría 69.000 millones de pesetas.El Gobierno navarro de UPN ha promovido activamente desde 1997 los estudios para construir esta carretera asegurando que la frontera guipuzcoana de Irún se va a convertir en un "cuello de botella" de los tráficos internacionales dentro de pocos años y defendiendo la necesidad de que Navarra tenga un paso directo hacia París que prescinda de la frontera vasca. De hecho, el consejero Palacios volvió a insistir ayer en que si los grupos políticos navarros no apoyan ante los gobiernos español y francés la construcción de la vía pirenaica, la región se verá "indefectiblemente abocada" a seguir dependiendo de la frontera de Irún-Hendaya en sus comunicaciones europeas.

"Tenemos el agravante", añadió Palacios, "de que en los próximos años el problema se agudizará de forma irremediable con la construcción de la autopista Vitoria-Eibar, que desplaza [el tráfico de la] Nacional-I y su área de influencia hacia el oeste sacándola de tierras navarras, y de que el avance en la red ferroviaria del trazado de la Y vasca irá en detrimento de las opciones de comunicación fronteriza a través de Navarra".

Sin embargo, la comparecencia del consejero Palacios no aportó novedades sobre lo ya conocido, a excepción del hecho de que el Ejecutivo de UPN estima que su tarea promocional de esa carretera ya ha finalizado y que ahora su construcción final depende de que los gobiernos de José María Aznar y Lionel Jospin integren la obra en sus planes de permeabilización fronteriza y la ejecuten.

Los partidos de la oposición no obviaron las evidencia de que ni el Ejecutivo socialista francés ni las instituciones regionales galas apoyan el proyecto. De hecho, Francia apuesta por el tráfico ferroviario y antepone la preservación del medio ambiente del Pirineo vascofrancés a la construcción de una gran vía transfronteriza. Las críticas de la oposición no hicieron mella en el consejero regionalista, que insistió en que las autoridades galas apoyan la obra, al igual que el gobierno español.

Palacios negó que UPN haya "arrojado la toalla" al confirmar el hecho de que la construcción de un paso alternativo a la frontera de Irún-Hendaya esté ahora en manos de Madrid y París.