La Comisión Europea apoya la Carta de Derechos Fundamentales
Referente democrático
La Comisión Europea otorgó ayer su apoyo inicial al anteproyecto de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en la que se recogen los valores comunes que deben servir de referencia a los ciudadanos de los 15 Estados miembros. A la vez que el Ejecutivo europeo hacía pública su posición, los europarlamentarios que participan en la redacción del texto decidieron ayer que se incorpore a la carta el derecho a la huelga, lo que suavizará las críticas efectuadas por las organizaciones sindicales contra el proyecto inicial, que es el examinado ayer por la Comisión."A ojos de la Comisión, la carta marcará un cambio en la construcción europea, que superará la lógica esencialmente económica de sus orígenes para pasar a una verdadera unión política", señala la Comisión. La redacción final de la carta se realizará los próximos días 25 y 26, y será presentada oficial y solemnemente el 2 de octubre por Roman Herzog, ex presidente alemán, que encabeza el grupo de redactores del texto.
"La Unión no puede basarse exclusivamente en consideraciones puramente económicas", añade la Comisión. "Por el contrario, debe encontrar en lo sucesivo su base en valores humanos y fundamentales, comunes a todos los países europeos".
El comisario de Justicia e Interior, el portugués António Vitorino, comentó que la Comisión entiende que el texto tiene "rigor jurídico" y que ha sido redactado con la intención de que acabe siendo vinculante, si bien agregó que ése es un aspecto que ha de ser estudiado por los jefes de Estado en la cumbre de Biarritz. Agregó que la carta, calificada en Bruselas como el embrión de una posible y futura Constitución europea, no supondrá cambio alguno en las actuales constituciones de los Estados miembros.
Los jefes de Estado decidirán finalmente si la carta se incorpora al Tratado de la Unión, si se añade al mismo como un anexo o, como parece más probable, es presentada como una declaración formal de los Quince.
La carta, explicó el comisario, podrá servir de referente sobre los valores democráticos comunes de los países de la Unión Europea. Aunque Vitorino rehuyó relacionar directamente los contenidos de la carta con el proceso registrado en Austria que originó sanciones del resto de países de la Unión contra Viena, un portavoz del comisario comentó que, sin duda, la situación hubiera sido muy diferente si la Unión hubiera dispuesto de un instrumento como la carta a la hora de pedir cuentas sobre la actitud del dirigente austriaco Jörg Haider y de su partido, el FPÖ. "Se hubiera podido preguntar al Gobierno austriaco si estaba de acuerdo con los principios de la carta o con los planteamientos de Haider, y tomar decisiones a continuación", aseguró el comisario.
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