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Los partidos critican los quiebros de Pujol sobre el fin del "ciclo reivindicativo"

Enric Company

El zigzag de Jordi Pujol acerca del fin del "ciclo reivindicativo" catalán provocó ayer una riada de críticas de todos los partidos. Mientras los aspirantes a sucederle al frente de CiU pugnan por hacerse un espacio político propio, el presidente catalán logró situarse una vez más en el centro del escenario en una Diada del Onze de Setembre que discurrió en un clima festivo y con escasa participación en las manifestaciones: unas 2.000 personas asistieron a la más concurrida, celebrada por los independentistas por la tarde en Barcelona.

Jordi Pujol ofreció el viernes poner fin en esta legislatura al ciclo reivindicativo de CiU si logra un buen resultado en la revisión de la financiación autonómica y en sus reclamaciones competenciales. Pero, en su mensaje a los ciudadanos con motivo de la Diada, el presidente de la Generalitat de Cataluña afirmó el domingo que el autogobierno catalán es insuficiente y que eso obliga a mantener viva la reivindicación. Ayer insistió, tras realizar la ofrenda floral al monumento a Rafael Casanova acompañado de su Gobierno en pleno, en que la Generalitat necesita "una financiación justa" porque no disponer de ella "condiciona su futuro" de forma negativa.Esta actitud suscitó las réplicas de todos los partidos. El líder del principal grupo de la oposición, Pasqual Maragall, explicó que no se hacía muchas esperanzas acerca de la disponibilidad de Pujol a cambiar de registro ni de método político. No obstante, interpretó las idas y venidas de Pujol como una indicación más de que "se acaba una época en la que la defensa de los intereses de Cataluña se la hacía suya CiU". El ex alcalde de Barcelona reiteró su convicción de que las fuerzas catalanas no conseguirán nada "si van a Madrid sólo a pedir" y mostró su esperanza en que ahora sea un buen momento para sustituir la reivindicación permanente por una política basada en la confianza. "Se debe cambiar de método", afirmó.

Un punto de vista distinto, aunque también muy crítico, adoptó Rafael Ribó, de Iniciativa-Verds (IC-V), quien acusó a Pujol de "engañar a la gente". La táctica de CiU ante los sucesivos Gobiernos, fueran del PSOE o del PP, explicó, "nunca ha sido una reivindicación clara, sino que ha sido siempre una negociación bajo mano y partidista". Sin embargo, Ribó reconoció que a Pujol le ha ido muy bien y le ha dado muchos votos el hecho de "hablar hoy de reivindicación y mañana no".

En la conmemoración de la Diada participaron representaciones de los partidos nacionalistas gallegos, vascos, valencianos, baleares y andaluces asociados a CiU y a Esquerra Republicana en las elecciones europeas.

El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, y el líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xosé Manuel Beiras, acompañaron a los dirigentes de Convergència Democràtica (CDC) en la ofrenda floral ante el monumento a Casanova. Anasagasti no pudo evitar una comparación entre la fiesta nacional y la celebración de Día de la Patria (Aberri Eguna) por los nacionalistas vascos. "En el País Vasco no hay un Aberri Eguna conjunto", lamentó tras indicar que le llenaba de "energía positiva" ver la "unidad social y política con que Cataluña celebra su Diada".

En la manifestación en Barcelona, varios jóvenes encapuchados quemaron una bandera de España y otra de Francia. También ardió una enseña española en Girona, durante una manifestación por la independencia en la que participaron unas mil personas.

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