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Los nuevos negocios no encuentran espacio en Barcelona por falta de oficinas

Las empresas de la nueva economía que arrancaron con un puñado de empleados y cuya plantilla empezó a engordar a velocidad de Internet tienen un quebradero de cabeza con el que no contaban: en Barcelona carecen de espacio físico donde expandirse. El mercado de oficinas de la ciudad registra la tasa de desocupación más baja desde la celebración de los Juegos Olímpicos, en 1992. Apenas supera el 2%. Las compañías inmobiliarias llevan meses haciendo sonar la voz de alarma ante la escasez de oficinas "de calidad" disponibles.

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La bonanza económica

"El World Trade Center se nos ha quedado pequeño. Ocupamos 250 metros cuadrados y somos 55 personas. A finales de año, seremos 100 y más adelante, más. Necesitaremos 3.000 metros cuadrados", se echa las manos a la cabeza Emili Domènech, consejero delegado de Ocxon Digital. Esta empresa de Internet está ya embalando cajas. A finales de este mes se trasladará al polígono Mas Blau, junto al aeropuerto de El Prat.El problema no lo sufren solo, pero sí especialmente, las empresas relacionadas con las telecomunicaciones y con Internet, porque necesitan grandes superficies, techos altos y facilidades para instalaciones de fibra óptica. "El mundo de Internet está explotando. Tenemos 10 empresas en lista de espera en el World Trade Center, la mayoría de la nueva economía", explica Elena Torres, responsable en Barcelona de la consultora inmobiliaria Jones Lang La Salle.

Pagar lo que sea

El descenso de la oferta disponible en los últimos tres meses del año ha sido del 12%, de modo que el ya exiguo 2,35% en que se fijaba la tasa de disponibilidad a principios de año ha bajado ahora hasta el 2,08%, según indica el informe de dicha firma inmobiliaria sobre la evolución del mercado de oficinas durante el segundo trimestre de 2000. "Pero los 90.400 metros cuadrados con disponibilidad inmediata que quedan no son de la calidad que están pidiendo las empresas", añade Torres.

Hacia la periferia

El último estudio sobre el sector, elaborado por la firma Richard Ellis, llega a augurar: "Barcelona tendrá graves problemas para dar acogida a las compañías que quieran establecerse en la ciudad o permitir expandirse a las que ya están presentes en ella". La situación sólo podría llegar a aliviarse en caso de que los inversores mostraran "un interés mucho más acentuado que el actual" a la hora de tomar posiciones en el mercado de la promoción de nuevos inmuebles.

Pero la bajada en picado de la oferta no sólo se explica por la explosión del fenómeno de Internet. En el anterior periodo de vacas gordas [de 1989 a 1992] se concibieron muchas oficinas, pero salieron al mercado coincidiendo con la crisis económica posterior, en 1993. "Los precios llegaron a bajar en un 50%, y los promotores quedaron escaldados", recuerda Eusebi Carles Pastor, director de Análisis de Mercado de Richard Ellis.La robustez del crecimiento económico -por encima del 3%- de los últimos tres años ha permitido, poco a poco, la absorción de las mejores oficinas. "Quedan las más obsoletas, y el problema es que el producto inmobiliario lleva su tiempo, no es como fabricar caramelos. Hay que identificar el solar, comprarlo, tener en orden todos los permisos, desarrollar el proyecto, pasarlo al mercado, y el proceso puede durar dos años", explica Pastor.

El tiempo es un problema de primera magnitud en este tipo de actividad, sobre todo cuando se trata de empresas impacientes y con un negocio que puede desarrollarse muy deprisa, como es el caso de los negocios de la nueva economía.

La disminución de la oferta de oficinas de calidad disparó los precios un 42% en 1999

Localidades como Sant Cugat, El Prat de Llobregat o Cornellà son las grandes beneficiadas por la escasez de oferta, y de ahí el desplazamiento progresivo de empresas fuera de Barcelona que se augura en el futuro. En la periferia, la tasa de desocupación es hoy más elevada, del 6,57%.En tres años, el pronóstico de las inmobiliarias es que la superficie de oficinas disponible en la periferia duplique la ubicada en nuevas áreas de negocios de Barcelona y más que triplique una reducidísima oferta en el centro. La cuestión es, como advierten los expertos, si muchas empresas que consideran una prioridad establecerse o continuar en Barcelona y su área metropolitana sabrán hacerse a la idea de trasladarse a localidades cercanas.

Madrid, aún más caro

Pese al encarecimiento de los alquileres de las oficinas en Barcelona, los precios en esta ciudad continúan estando al menos un 30% por debajo de los que se pagan por alquilar oficinas en el núcleo central de Madrid. En la capital española, el precio por metro cuadrado y mes llega a superar las 5.000 pesetas, rozando incluso, en algunos casos, las 6.000 pesetas.La diferencia registrada este último año entre los precios que se pagan en ambas ciudades dobla, como mínimo, la tradicional distancia (aproximadamente, de un 15%) que, tanto en tiempos de bonanza económica como en épocas de crisis, había separado los alquileres céntricos de Barcelona y Madrid.

Las inmobiliarias atribuyen el mayor aumento de precios registrado en Madrid al hecho de que, pese a que la escasez de oferta de oficinas se repite también en la capital española (la tasa de desocupación es igualmente baja, de un 2,6%), en los últimos seis meses todavía quedaban algunas oficinas de calidad en el centro y, concretamente, en el paseo de la Castellana. El mercado ya las ha ido absorbiendo.

La demanda también procede de las nuevas compañías de Internet, tecnológicas, de medios y de comunicaciones. A ellas hay que atribuir que se haya animado el mercado.

Encontrar oficinas de calidad en la Diagonal es, en cambio, como buscar una aguja en un pajar. Los expertos dan por hecho que, si saliera al mercado un inmueble bien equipado, los precios se pondrían por las nubes.

Por el momento, según Jones Lang, en el centro de Barcelona este año sólo saldrá al mercado un inmueble de oficinas de calidad (un edificio de la firma Metrovacesa).

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