Un modelo para Gore y Bush, pese a los escándalos
Que Bill Clinton es el mejor político estadounidense desde Ronald Reagan no lo discuten ni sus adversarios republicanos. De hecho, el candidato republicano George Bush, en versión de centroderecha, intenta calcar su carrera hacia la Casa Blanca de las dos ganadas por el político de Arkansas. Y, aunque se desmarque de sus escándalos, el demócrata Al Gore se presenta como el garante de la continuidad de una política que ha aportado a Estados Unidos paz y prosperidad.Rasgos clintonianos que intentan imitar Gore y Bush son esa mirada siempre puesta en lo que Arthur Schlesinger llamó el "centro vital", la lectura voraz de sondeos de opinión, el calor en las relaciones con los electores y la ambigüedad en los temas controvertidos. Pero políticos con el olfato, la resistencia y las dotes de actor de Clinton sólo aparece uno en cada generación. A estas elecciones les falta la sal y pimienta de un personaje como Clinton, Reagan o John Kennedy.
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