Peter Greenaway anuncia un Quijote multimedia
Tulse Luper es un personaje de ficción que, a primera vista, tiene pocas semejanzas con Don Quijote, y, sin embargo, su creador, el pintor y director cinematográfico Peter Greenaway, está decidido a que este personaje se convierta en el nuevo Ingenioso Hidalgo de la era moderna. Greenaway, un galés de 52 años con una larga experiencia en el cine (películas como El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante), se adentra ahora en este proyecto narrativo tan complejo y ambicioso que casi espanta. Se trata de narrar la historia del siglo XX (desde 1928 a 1989) a través de un personaje de ficción, Don Quijote-Tulse Luper, pretendido artista multidisciplinar que amontona en 92 maletas todas sus experiencias, invenciones, creaciones y conocimientos. "Quiero hacer un nuevo Quijote utilizando todos los elementos que la tecnología pone a nuestro servicio", explica Greenaway.Es tan vasta la producción del falso Luper que Greenaway se dispone a filmar tres largometrajes, 16 episodios de televisión, tres libros, y una página web, todo ello dedicado a narrar las aventuras de su paisano, porque Tulse Luper nació como él en un pueblo del sur de Gales. El director acaba de presentar en la Mostra (donde espera traerlo el año que viene) este proyecto, que será rodado parcialmente en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Greenaway, alto, vestido de negro, con pinta de modisto italiano más que de artista multidisciplinar, afronta el reto con humildad. "En realidad la historia del arte en Occidente ha sido siempre una historia de artistas que han abordado muchas disciplinas. Cuando uno piensa en Velázquez, por ejemplo, es obvio que no se limitaba a pintar, y en Italia nos encontramos a un Miguel Ángel que mientras decora la Capilla Sixtina sigue preparando pasteles de boda, o sea, que no veo gran diferencia. Quiero decir que el uso de varios medios al mismo tiempo, es más común al artista de lo que parece".
"El Quijote es un poco como una novela picaresca", añade. "Básicamente habla de Sancho Panza y Don Quijote, pero luego se describen muchas aventuras y hay montones de personajes que entran y salen del libro. Es una novela muy irónica que trata, en realidad, de la condición humana. De la incapacidad de aceptar el fracaso, la frustración". También de la movilidad, un concepto que apasiona a Greenaway, que se atreve a considerar la maleta como "la verdadera metáfora de nuestro tiempo".
