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La Comisión Europea insta a los gobiernos a convertir la nueva economía en empleo de calidad

El mercado de trabajo mejora en la Unión Europea pero persisten problemas graves. La fiscalidad del trabajo aún está casi quince puntos por encima de la que grava el empleo en Estados Unidos. La tasa de paro todavía es muy elevada. Y la mujer, los jóvenes y los parados de larga duración son los grandes perjudicados del mercado laboral. Pero la economía europea crece con vigor y la Comisión Europea cree que eso debe aprovecharse para crear empleo de calidad de la mano de la nueva economía, y también evitar la creación de una clase de trabajadores pobres.

La comisaria de Empleo y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou, instó ayer a los Quince a defender el modelo social europeo creando empleo de más calidad. Para ello hay que reducir la fiscalidad que grava el trabajo, especialmente en Alemania, Francia, Bélgica, Dinamarca, Austria, Finlandia y Suecia. O reformar los sistemas de prestaciones sociales en España, Grecia, Bélgica, Finlandia y Suecia. En el caso español, la Comisión ha advertido sobre todo acerca de la necesidad de proseguir la modernización de los servicios públicos de empleo, favorecer la igualdad hombre-mujer, mejorar educación y formación, equlilibrar flexibilidad y seguridad en el trabajo y examinar los regímenes de imposición y de indemnización para aumentar el número de empleos estables.

Europa afronta el reto de pasar de un sistema económico basado en las empresas industriales a otro en el que el imperio de los servicios toma cada vez más cuerpo a través de la nueva economía. Un cambio que anuncia el final de una era de empleo fijo y seguro para toda la vida, admitió Diamantopoulou, pero que abre el camino al empleo de calidad.

"El objetivo principal de la Unión Europea es evitar la creación de una nueva clase de trabajadores pobres. Lo que intentamos es conseguir la creación de puestos de trabajo de alta calidad", precisó la comisaria. Desde 1994, la creación de empleo muy cualificado en el sector de la gestión, de profesiones liberales y técnicas ha sido dos veces más importante que la creación media de empleo, destacan los expertos comunitarios. Los empleos manuales -cualificados o no- están perdiendo importancia.

En un mundo en el que tiende a desaparecer el trabajo esforzado pero la incertidumbre y la flexibilidad sustituyen al empleo fijo, persisten enormes desigualdades. En junio había 14,4 millones de parados en la UE. El paro de larga duración representa el 45% del paro total. Y la tasa de empleo está en el 62,2%, muy lejos del 75% de EE UU y Japón.

La mujer sigue ocupando la peor posición. Aunque el 70% de los empleos creados en 1999 fueron para mujeres, su tasa de empleo es del 53%, muy lejos del 71,5% de la tasa de ocupación masculina. El problema es especialmente grave en España, donde la tasa de empleo femenino (37,6%) es la más baja de Europa y el paro se eleva al 23,1%.

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