_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Escudo aplazado

Es lo prudente y sensato. Ante las dudas sobre la viabilidad tecnológica del proyecto de escudo contra misiles balísticos conocido como la Defensa Nacional contra Misiles (NMD), Clinton ha dejado a su sucesor la decisión final sobre su eventual despliegue. No correspondía tomar una medida de tal envergadura a un presidente saliente, a dos meses de las elecciones. La decisión pasará a Gore o a Bush. Éste es un entusiasta del programa y pretende incluso reforzarlo. El candidato demócrata y actual vicepresidente, Al Gore, tiene más dudas. En cualquier caso, y pese a algunas acusaciones por parte de Bush de que los demócratas en la Casa Blanca han debilitado a la mayor potencia militar que hay en el mundo, estas cuestiones no llegan plenamente a entrar en la campaña electoral, centrada en asuntos de política interior.Para europeos, rusos y chinos, el aplazamiento supone un respiro y deja en suspenso la posibilidad de una nueva carrera armamentista que hubiera beneficiado a Estados Unidos. Pues se trata, como su nombre indica, de un sistema de defensa esencialmente nacional y que habría llevado a modificar los actuales equilibrios, basados precisamente en una limitación de tales defensas. Si funciona, claro está. Antes de su eventual despliegue se tendrían que realizar entre 13 y 19 pruebas, a un coste total superior a un billón de pesetas, para un sistema que, como poco, costará diez veces más. Desde el pasado año sólo se han realizado tres ensayos, y dos de ellos han resultado fallidos. Con unos resultados tan precarios, Clinton no podía tomar una decisión definitiva que ya sólo defendía plenamente el Pentágono.

Una y otra vez, en la era nuclear EE UU ha intentado materializar ese sueño de una defensa perfecta de su territorio, aunque la NMD esté tan sólo dirigida a proteger a la hiperpotencia frente al eventual ataque de un Estado gamberro o nada de fiar. En el caso de Corea del Norte, por ejemplo, se está demostrando que el diálogo y la diplomacia pueden acabar generando más estabilidad que cualquier sistema defensivo. El fracaso tecnológico ha venido diplomáticamente a evitar que el legado de Clinton se viera mancillado por una nueva y desestabilizadora carrera armamentista. ¡Ojalá su sucesor acabe enterrando el proyecto!

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_