La situación en otros países
Sólo 23 países, la mayoría europeos, aceptan a gays y lesbianas en sus ejércitos. Pero "salir del armario" sigue siendo difícil en un ambiente calificado como muy machista. Hay otras 14 naciones donde se les reconocen sus derechos en la vida civil, pero no se les acepta en las fuerzas armadas. En el resto del mundo, la homosexualidad está prohibida, según International Lesbian and Gay Association. Dinamarca, en el año 1979, fue el primer país en admitir formalmente a gays y lesbianas en su Ejército. Un ejemplo que ha ido cundiendo poco a poco en la mayoría de los países europeos, aunque en el caso de Alemania, por ejemplo, no pueden acceder a puestos de oficiales o instructores, prohibición que está denunciada ante el Tribunal Constitucional de ese país. En Hungría se les "recomienda" oficialmente a gays y lesbianas que no acudan a las Fuerzas Armadas. En el caso del Reino Unido, gays y lesbianas se colaron por la puerta trasera gracias al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en noviembre de 1999 falló a favor de cuatro soldados, incluida una mujer, que habían sido expulsados del Ejército por homosexualidad. El tribunal apoyó su demanda por sendas violaciones del derecho a la privacidad, libertad de expresión y protección contra la discriminación sexual. El Ejecutivo laborista aceptó la sentencia y abolió, con efectos inmediatos, el veto a la entrada de homosexuales en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, los altos oficiales, además de la oposición conservadora, se oponen a la medida, de forma que, en la práctica, este colectivo encuentra tantos obstáculos como los soldados de comunidades minoritarias. La política militar norteamericana se refleja en la ambigüedad de la fórmula "No preguntes, no cuentes" (don't ask, don't tell) que constituye ahora la política oficial del Pentágono en relación a la homosexualidad. Los militares tienen prohibido preguntar a los hombres y mujeres de uniforme sobre sus orientaciones sexuales, pero éstos y éstas tienen igualmente prohibido expresarlas.
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