Una pelota que engorda

La evolución de los ingresos pendientes de cobro de la Generalitat es una pelota que sólo parece crecer. El presupuesto de 1998 se cerró con un ligero superávit a principios de 1999, una estrategia propia de un año electoral. Los ingresos pendientes de cobro a 31 de diciembre de 1998 se elevaban a 256.551 millones de pesetas. Un año después, los ingresos pendientes de ejercicios anteriores a 1999 se habían reducido en 41.663 millones. Las cuentas de la Generalitat a 31 de diciembre de 1999 establecen que las arcas de Hacienda acumulan facturas pendientes de cobro por un total de 240.744 millones correspondientes a 1998 y años anteriores, de las que efectivamente se han girado a los acreedores exigencias de pago por un total de 105.374 millones.

A tenor de los ingresos reales, los derechos pendientes se elevan a 215.000 millones. Más de 142.000 corresponden a transferencias corrientes procedentes del Estado, que se mantiene fiel a su condición de mal pagador.

Los datos correspondientes a ejercicios anteriores a 1998 contrastan con la evolución de los ingresos de la Generalitat durante el mes de diciembre de 1999. La comparación de los cierres contables de los dos últimos meses del ejercicio pasado muestra que Hacienda elevó los ingresos previstos durante el mes de diciembre más de 45.000 millones de pesetas en el capítulo correspondiente a transferencias de capital, que en su mayoría proceden del Estado. En noviembre, Hacienda tenía previsto ingresar en ese capítulo 57.657 millones, pero en diciembre elevó las previsiones a 102.826 millones.

Otro salto abultado se produjo en los ingresos previstos en el capítulo de impuestos indirectos. En noviembre, Hacienda preveía unos ingresos de 97.068 millones, que en diciembre sumaban 112.915.

Para compensar, los ingresos por impuestos directos se revisaron a la baja el último mes del año pasado, y pasaron de 127.909 millones en noviembre a 121.971 a final del año.