Romanticismo sereno
Los pianistas que basan su éxito en la pura exhibición técnica suelen tener serios problemas con el universo pianístico de Franz Schubert. Danzas, variaciones, duetos, fantasías, impromptus, sonatas y momentos musicales forman una extensa producción en la que el compositor vienés plasmó sus inquietudes con una escritura renovadora en la que el piano atrapa al oyente con una tension permanente, una fantasía y un sentimiento dramático en el que no tienen sentido las exhibiciones virtuosas. Música de alto voltaje expresivo, lírica, que se adapta como un guante a la serenidad y el poder emocional del arte del pianista francolibanés Abdel Rahman El Bacha (Beirut, 1958), que esta noche actúa en la Schubertiada de Vilabertran.Una página de juventud, la Sonata en mi bemol D 568, abre el recital, totalmente consagrado al pianismo schubertiano, que el artista ofrece en la población ampurdanesa a las 22.00 horas, con localidades a 4.000 y 3.000 pesetas. El itinerario schubertiano continúa con las Tres piezas para piano, D 946, las Doce danzas alemanas, D 712, y se cierra con la fabulosa Sonata en sol mayor Fantasía, D 894.
Dos soberbias integrales consagradas a las sonatas de Beethoven y a la obra completa de Chopin encabezan la discografía de Abdel Rahman El Bacha. Bach, Mozart, Beethoven, Schubert, Schumann, Chopin, Rachmáninov, Ravel y Prokófiev encabezan el extenso repertorio del pianista, que inició sus estudios de piano a los siete años bajo la guía de Zvart Sarkissian, discípulo de la célebre Marguerite Long, y completó su formación en el Conservatorio de París en la clase de Pierre Sancan.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.