Las llamas arrasan en sólo 72 horas otro millar más de hectáreas de monte en ocho incendios
La Comunidad Valenciana ha perdido en lo que va de año más de 2.500 hectáreas de monte, según datos de la Consejería de Medio Ambiente. Sólo en los ocho incendios declarados entre el sábado y ayer lunes, han ardido más de 1.000 hectáreas. Mientras el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, defiende la eficacia de Plan Prevención, la oposición se pregunta cuánto debe quemarse para dejar "el tono triunfalista" y reconocer que "ahora bebe de la pócima que arrojó contra los socialistas practicando la demagogia sobre algo que no tiene color político".
El fuego no milita
Mientras el fuego arrasa los montes de la Comunidad y los efectivos aéreos y terrestres reciben avisos de fuego en varios puntos simultáneamente, Modrego sigue defendiendo la eficacia del Plan de Prevención de Incendios e insiste en que "la política de la Generalitat ha permitido que se queme menos superficie que cuando gobernaban los socialistas". Los socialistas calificaron la respuesta oficial de pura "demagogia".Desde el 1 de enero de 1990 hasta ayer, la Comunidad ha perdido más de 275.000 hectáreas de matorral. Según los datos del Departamento de Incendios de la Dirección General de Conservación Natural del Ministerio de Medio Ambiente, en 1998, el total de superficie arbolada quemada en la Comunidad fue de 1.987 hectáreas. Y, en 1999, más de 6.200 en los 129 incendios declarados.
Si se comparan los periodos comprendidos entre enero y agosto del año pasado y el presente resulta que la cifra a día de ayer supera ya en más de 500 las hectáreas arrasadas respecto a las calcinadas en 1999 en los siete primeros meses del año. Si se extiende la comparación a 1996 y 1997, se comprueba como este último lustro ha crecido de forma sostenida la devastación a consecuencia del fuego en la Comunidad Valenciana.
El 16 de agosto de 1997, la superficie quemada era de 832 hectáreas. En 1996, eran 765. Entre 1995 y 1999, la Comunidad ha perdido más de 12.200 hectáreas. Si a ellas se suman las más de 2.500 en lo que llevamos de año, la cifra supera las 14.700 hectáreas.
Esa cantidad es muy inferior a las 260.000 hectáreas que quedaron calcinadas entre los años 1990 y 1994. Según los expertos cabría hacer precisiones de carácter técnico, especialmente meteorológico, para entender a qué se debe tan sustancial diferencia. La razón fundamental estriba en que tras un año excepcionalmente lluvioso, como fue 1989, la media de agua caída por metro cuadrado descendió de forma importante durante los cuatro años siguientes.
Un portavoz del Servicio de Meteorología de Valencia afirmaba ayer que 1994 "fue uno de los más duros de los últimos 40 años, muy por debajo de la media". Ello supuso que pasara a la historia como uno de los más dramáticos en la devastación forestal: el fuego consumió 138.000 hectáreas.
Modrego dijo ayer que su política es la clave "del evidente descenso de superficie arrasada". Y lanzó de nuevo un mensaje a los socialistas preguntándose "qué habría pasado en su época si hubieran tenido cuatro incendios activos -en referencia a los declarados entre sábado y domingo- y unas condiciones climatológicas como las existentes de sequía y viento".
Andrés Perelló, portavoz del PSPV, respondía que "el clima se ha encargado de desmentir al PP y hacerles beber la pócima que arrojaron desde la oposición sobre una cuestión en la que inciden muchos factores y sobre la que no se puede frivolizar ni hacer demagogia".Para los socialistas, el PP debería comparecer a petición propia en las Cortes y explicar "qué está pasando, por qué no funciona el Plan de Prevención, cómo pretende recuperar lo perdido y cómo es posible que a la mínima que hay unas condiciones meteorológicas similares a las de 1990 se les multiplican los incendios". Perelló calificó de "temeridad" que el consejero "se esconda en los datos del pasado".
También el secretario de Organización del Bloc, Ferran Puchades, pedía ayer explicaciones al presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y le invitaba a "abandonar el electoralismo y la demagogia". Y, desde el Ayuntamiento de Jávea, zona afectada por el fuego, el concejal de Medio Ambiente, Josep Segarra, manifestaba que "podría haberse sofocado el fuego antes, si los depósitos de agua que prometió la Generalitat se hubieran construido".
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