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Los pescadores piden que se investigue la enfermedad de las carpas del Ter

Una cuarta parte de las carpas capturadas en el río Ter padecen una extraña enfermedad, según han detectado los pescadores de Osona estos últimos meses. Buena parte de los ejemplares pescados en el tramo desde Torelló hasta Sau aparecen con profundas llagas que en algunos casos llega hasta la misma raspa. Ante la falta de información sobre la epidemia, pescadores y el Grupo de Defensa del Ter (GDT) piden que se aclaren sus causas y su posible impacto sobre la salud de las personas.

Perjuicios para la salud

La preocupación de los pescadores de Osona y del Grupo de Defensa del Ter (GDT) les ha llevado a enviar una carta al consejero de Medio Ambiente de la Generalitat, Felip Puig, para que se investigue el origen y el alcance de esta enfermedad, además de su eventual perjuicio a los bañistas y consumidores.El problema de las carpas no es nuevo. El presidente de la Sociedad de Pescadores de Manlleu, Francesc García, ha explicado que el año pasado ya se detectaron algunos indicios de la enfermedad, aunque en aquel momento el problema parecía de poca envergadura. La situación ha empeorado a lo largo de las últimas semanas, hasta el punto de que García describe el aspecto actual de las carpas como "angustioso". "Algunos pescadores no se atreven ni a cogerlas", añade.

Frente a la gran cantidad de peces que presentan estos síntomas, la agrupación comarcal de sociedades de pescadores recogió hace algunas semanas varias muestras de peces afectados para llevarlas a los laboratorios de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), donde están siendo analizadas para sacar algo en claro.

De momento, se calcula que el 25% de las carpas que se pescan en la zona afectada están enfermas. Algunos pescadores han asegurado haber capturado también otras especies con los mismos síntomas.

A la espera de los resultados de los análisis de la universidad, las primeras hipótesis que se barajan asocian el problema de las carpas del Ter a un problema similar que en el pasado surgió en el río Llobregat. Si se confirma este supuesto, el origen de la enfermedad sería una bacteria que ha llegado a la zona a través de alguna especie reintroducida en el Ter. La especie portadora -inmune a la bacteria - puede estar contagiando la enfermedad a las carpas autóctonas.

La principal preocupación de los pescadores y de los defensores del Ter radica en la posibilidad de que la epidemia suponga un problema de salud para las personas, ya que, en este tramo del río, se permite el baño y, además, varios municipios de la comarca -entre ellos Vic y Manlleu - captan agua del Ter.Francesc García prefiere aparcar, por el momento, un tono de alarma y apunta que "en principio, la enfermedad no tiene por qué afectar a las personas, pero es mejor asegurarse".

Para salir de dudas, los pescadores exigen que la consejería de Medio Ambiente se asegure de la calidad del agua del Ter a su paso por Osona. Ésta se encuentra dentro de los índices permitidos en cuanto a sustancias químicas, pero los pescadores y los miembros del grupo GDT piden que no sólo se analicen los parámetros químicos, sino también los biológicos, tal como recoge la nueva directiva marco del agua aprobada el pasado 29 de junio por la Comisión Europea.

Las compañías Aigües Vic SA y Sorea SA han asegurado que las captaciones de agua del Ter no son un peligro para las personas y que la enfermedad que afecta a los peces no puede tener consecuencias negativas para los habitantes que consumen agua del río. Así mismo, las dos empresas han explicado que los análisis de calidad del agua indican que ésta se encuentra dentro de los más de 70 parámetros obligatorios y establecidos por el Departamento de Sanidad.

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