El 70% de los andaluces prefiere veranear en la comunidad cuando sale de vacaciones
La mayoría de los que no hacen turismo alegan falta de recursos económicos
VERANO 2000
Los andaluces prefieren pasar sus vacaciones lo más cerca posible de casa. La comunidad autónoma que tiene el prurito de ser la receptora de un mayor número de turistas en España, apenas tiene relevancia como mercado emisor al exterior. Poco más de un tercio de la población, el 39,4%, realizó el año pasado algún viaje, y el 70% de quienes lo hicieron no salió de la región. No se trata de una simple cuestión de preferencias. Para un importante sector de andaluces hacer turismo es aún un lujo fuera de su alcance, de forma que la mayoría de la población no viajera alega motivos económicos.Tanto la Encuesta de Coyuntura Económica de Andalucía (ECTA) como la Estadística de Movimientos Turísticos de los Españoles (Familitur), ponen de manifiesto estas dificultades de los ciudadanos andaluces para hacer turismo. Según esta última, en casi la mitad de los hogares de la comunidad (48,8%) se produjo algún viaje turístico el año pasado, proporción equivalente a la de las otras comunidades autónomas con menor renta, como Galicia y Extremadura. En Madrid, por ejemplo, el porcentaje de hogares en los que se viaja llega al 80%, en tanto que en el País Vasco y Navarra supera el 70%.
El 45% de los hogares andaluces en los que ninguno de sus miembros hizo turismo el año pasado argumentó razones económicas, mientras que un 28% alegó falta de tiempo. Sólo en el 7% de los casos el sedentarismo obedeció al deseo de no viajar.
Debido al volumen de población, mayor que en el resto de comunidades autónomas, las estadísticas globales muestran que Andalucía fue la tercera emisora de turismo en 1999, por detrás de Madrid y Cataluña, pero si se relativizan los datos, se comprueba que la proporción de población viajera es menor que en la mayoría de comunidades autónomas.
La Consejería de Turismo y Deportes estima que el año pasado hicieron turismo 2,7 millones de andaluces, cada uno de los cuales realizó una media de 2,3 viajes. Todos estos viajeros estuvieron casi unánimemente de acuerdo en expresar su preferencia por un destino nacional, y tan sólo el 5% optó por viajar al extranjero. En todo caso dos países vecinos, Francia y Portugal, fueron los destinos preferidos.
El 70,9% de los viajeros optó por no salir de la comunidad autónoma. Este importante volumen de turismo intrarregional hace que Andalucía tenga entre su propia población su principal mercado emisor de turismo, de forma que los andaluces representaron el año pasado la cuarta parte de las llegadas de turistas contabilizadas en la comunidad autónoma, y el 43% de los visitantes nacionales. Según la ECTA, a lo largo de 1999 se contabilizaron 4.487.000 turistas andaluces -dato que corresponde con el número de viajeros multiplicado por el número de viajes realizado por cada uno de ellos-. Con todo, comunidades como Galicia y Cataluña superan a Andalucía en este fenómeno y sus propios residentes llegan a suponer la mitad del contingente de turistas.
El perfil del turista andaluz sí ofrece un rasgo significativo diferenciador, que apunta un cambio de tendencia, y es la edad media de su población viajera, más joven que en el resto de España. El mayor contingente de los andaluces que hacen turismo (38%) no supera los 25 años, mientras que en España este sector representa el 32% del total. El 43% de los viajeros tiene un nivel de estudios primarios, proporción que en este caso sí es equivalente a la media nacional.
El gasto medio de los turistas andaluces es también inferior a la media española. El 40% de los viajeros se alojó en casa de familiares y amigos, en tanto que sólo un 22% se inclinó por pernoctar en establecimientos hoteleros. El gasto medio diario del turista andaluz es de 6.906 pesetas, 444 pesetas menos que la media del turista español, muy inferior al de canarios (11.634 pesetas), catalanes (9.477 pesetas) y vascos (7.008 pesetas).
Por otro lado, según Familitur, tan sólo el 12,7% de las familias andaluzas dispone de una segunda residencia para sus vacaciones, proporción también muy inferior a la media española (20,6%). A lo largo de 1999 se produjeron 10 millones de viajes de corta duración -menos de cuatro días- a estas residencias, volumen que no está considerado en las estadísticas turísticas referidas anteriormente.
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