Atropello en Rusia
Hoy Rusia llora la muerte de los 118 marinos tras el accidente del Kursk el 12 de agosto. Putin, que esperó hasta ayer para volar al norte y ofrecer su consuelo a las afligidas familias, es ya consciente de que su pasividad en esta crisis (...) ha dañado su imagen. Putin tiene que aprender algunas difíciles lecciones sobre la naturaleza del apoyo que tiene y el Estado que gobierna.(...) Las evasivas y falsedades que la oficialidad rusa intentó dar a la opinión pública en cada momento de esta crisis (...) han sido criticadas sin piedad. El rechazo de Putin a dejar su casa de vacaciones en el Mar Negro ha provocado comentarios desfavorables (...). Entre las críticas lacerantes de los medios de comunicación existe la idea, expresada ayer en el semanario Vlast, de que "el submarino ha hundido las esperanzas de que este Gobierno es competente".
El otoño de Putin va a ser complicado en muchos sentidos, más allá de la tragedia del Kursk. (...) Pero la principal lección para el presidente es que los rusos de hoy son expertos en olfatear las mentiras oficiales que repartían tan a menudo en el pasado los despectivos líderes soviéticos, y que no tienen miedo de sacarlas a la luz. La crítica cobertura de la crisis por la prensa es un recordatorio de que los años de influencia de la democracia han tenido sus efectos en la actitud de los rusos hacia la autoridad. (...) La batalla de opiniones desatada por la información oficial sobre el hundimiento es una batalla entre la vieja y la nueva Rusia. Putin tiene que demostrar que pertenece a la nueva.
Londres, 23 de agosto.
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