_
_
_
_
Tribuna:LA EXTRAÑA PAREJA.
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Viva la simbiosis

Dice Seinfeld que si un extraterrestre pudiera ver la escena, pensaría, lógicamente, que el que manda es el perro

Juan José Millás

Leo en este mismo periódico un excelente reportaje sobre las bondades de la basura, que está en peligro de extinción no ya por la manía que tenemos de llevárnosla a la boca, sino porque se ha descubierto que la porquería de algunos constituye un tesoro para otros. Lo que hace falta ahora es crear una red de tuberías que comuniquen los vertederos ahítos con las despensas hambrientas para no desperdiciar nada, nada. Lo que es malo en tu ecosistema resulta un manjar en el de tu primo. El problema es, pues, de canalizaciones y no de asco, como se podría pensar. La bilis es un líquido verdoso más bien repugnante, pero a los chinos les quita los dolores de cabeza y el picor de ojos. Por eso tienen unos siete mil osos con una cánula por la que les sacan la bilis y la conducen al mercado. Como los osos tienen la manía de arrancarse la cánula, los chinos, que pertenecen a una cultura milenaria y todo eso, se han visto obligados a inmovilizarlos durante los 22 años que dura la producción de bilis en un sujeto normalmente constituido. Ahora, Brigitte Bardot, entre otras, ha logrado que los chinos empiecen a liberar osos, así que no sabemos qué van a hacer los chinos con la conjuntivitis. A lo mejor se ven obligados a ejecutar más presos comunes para ver si alguno de sus jugos les sirve de colirio. A estos presos, debidamente fusilados, les sacaban ya el hígado y los riñones, que están más caros, si cabe, que la bilis. Los chinos tienen una infraestructura ejemplar de conducción de basura orgánica con la que equilibran la balanza de pagos, como es lógico.

A veces hay problemas para dirigir la basura orgánica al usuario adecuado y se hace preciso establecer una normativa. En Alemania, aun sin ser una cultura milenaria, le acaban de denegar un trasplante cardiaco a una turca por no saber alemán.

-Al haber menos corazones que peticiones -han dicho los médicos-, tenemos que establecer unos criterios de selección.

Los criterios de selección se hacen a base de basura mental debidamente reciclada, para que resulte intelectualmente comestible. Hay gente que se encarga con gusto de establecer esos criterios. La noticia no decía si le habían pedido a la turca la tabla de multiplicar, pero si disminuyen los residuos orgánicos y aumentan las solicitudes habrá que llegar a ello, digo yo dentro de mis limitaciones, pues no pertenezco a una cultura milenaria ni nada parecido. Lo raro, con todo, es que le hayan pedido a la paciente turca hablar alemán, cuando lo normal, en las ETT al menos, es que te pidan inglés. Ya no sabe uno qué idioma estudiar. Los que son buenos para jefe de departamento son malos para las enfermedades coronarias. Lo ideal sería aumentar el número de ejecuciones (en China, claro está). Después de todo, si algo les sobra a los chinos son chinos, etcétera.

En culturas menos milenarias, como la cultura militar chilena, valga la contradicción, prefieren comerse sus propias inmundicias antes que alimentar con ellas los juzgados. El sueño de los generales sería colocar una cánula que fuera desde el ano de la institución castrense o castrante hasta su boca, para crear un circuito cerrado de mierda. De hecho, frente a la oportunidad que les ha dado la justicia de depurar responsabilidades, y que los jugos de esa limpieza orgánica se canalizaran hacia fuera del Ejército, ellos han manifestado que prefieren la septicemia a la depuración. Eso, al menos, es lo que ha venido a decir, delante del mismísimo Ricardo Lagos, que es el presidente de la nación, el general Ricardo Izurieta, que es el jefe del Ejército. Seinfeld, el protagonista de la serie homónima de Canal +, dice que él, cuando saca a pasear al perro, recoge los excrementos en una bolsa de plástico, como está mandado. Si un extraterrestre, añade, pudiera ver la escena, pensaría, lógicamente, que el que manda es el perro. Ésa es la pregunta del millón: ¿Quién manda?

Sea, en fin, para alimentar a otros o a uno mismo, lo importante es que el debate sobre las basuras está sobre la mesa. ¿Qué hacer con el resultado de la digestión de nuestros alimentos, de nuestras ideas, de nuestras culturas milenarias? La respuesta está en el reportaje mencionado al principio: "Hay que cambiar las relaciones de mercado por las de simbiosis". Arriba, pues, la simbiosis. Y viva la fotosíntesis. ¿Cuándo nos llevará el Señor?

Ricardo LagosAl presidente de Chile le ha dicho el comandante jefe del Ejército que prefiere la septicemia a la depuración

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_