Glóbulos rojos y argumento
Si Jennifer Aniston se quedara encinta y continuara actuando en relación a su bebé con la indiferencia de Putin en relación a su submarino, los telespectadores dirían esta chica es idiota y se hundiría su popularidad
Desde que Jennifer Aniston anunció que quiere ser madre, los responsables de Friends trabajan en un guión paralelo por si se queda embarazada. Aquí, en cambio, la gente juega a la lotería sin encargar un guión para la eventualidad de que les toque. Luego les toca y no saben qué hacer, de modo que lo que podría haber sido una fiesta se convierte en una desgracia. La lotería ha destrozado muchas vidas, no porque el dinero no dé la felicidad, sino porque la felicidad, como la desgracia, necesita su novela. Si Jennifer Aniston se quedara encinta y continuara actuando en relación a su bebé con la indiferencia de Putin en relación a su submarino, los telespectadores dirían esta chica es idiota y se hundiría su popularidad como se ha hundido la de Putin.El éxito de Gran Hermano se debió a que cada uno de los concursantes tenía asignado un guionista que reescribía su vida en función de las circunstancias. Así, cuando se enteraron que Mónica tenía un pasado parecido al de María José, la borraron del mapa porque no les pareció verosímil que dos chicas de vida alegre pasaran en tan poco tiempo por el mismo cuarto de estar. La oligofrenia restante era perfectamente creíble y supieron exprimirla hasta las heces. Ése fue precisamente el límite: las heces. Al menos las heces que salen por el culo. De las que salen por la boca no ahorraron ninguna al personal.
Hoy día es inconcebible una vida sin guión. Personalmente, cuando me hago un chequeo me escribo un guión para la posibilidad de que me haya bajado el colesterol. O de que haya perdido sin darme cuenta un brazo. Desgrasado y manco no puedes hacer las mismas cosas que antes. A lo mejor ha llegado el momento de comer bien. O de escribir El Quijote. Un amigo mío se quedó viudo de improviso, y como no tenía guión de viudo, seguía hablando con su esposa como si la tuviera delante en el restaurante económico al que bajaba a cenar. Daba pánico.
A los filósofos de la historia, con perdón, les ha faltado talento para divulgar la idea de que el ser humano necesita una cantidad de argumento como una cantidad de glóbulos rojos. Cuando bajan los glóbulos o el argumento, conviene acudir al especialista. Curiosamente, esa tarea de divulgación filosófica la están llevando a cabo las series de televisión americanas. Se equivocan los bancos ofreciéndonos sin parar productos financieros, cuando lo que necesitamos son guiones. Si yo fuera Valls Taberner (Dios no lo permita, sobre todo por lo de Taberner), ofrecería a mis clientes, con la hipoteca, un guión, unos diálogos, unas acotaciones que les indicaran cómo debe moverse un rehén mientras paga el rescate, o el crédito. Cuantos más guiones tengas, mejor, aunque todo el mundo debería disponer, como mínimo, de dos: uno de ellos para la posibilidad de que se te hunda un submarino en el Ártico.
A Putin no le escribieron un guión para la contingencia de que se le hundiera un submarino (valga la paradoja, o la redundancia: no sabemos a qué clase de figura retórica atribuir el hundimiento de un submarino), y siguió jugando al tenis mientras 100 chicos de reemplazo se le asfixiaban en una lata de sardinas. A veces, la falta de guión de algunos tiene consecuencias nefastas para otros. A Aznar no le escribieron un guión como Dios manda para adjudicar la telefonía de tercera generación y tuvo que regalarla el hombre. El Estado alemán, en cambio, se ha puesto las botas, no por saber más de números, sino por tener una concepción narrativa o histórica de las comunicaciones.
En vez de inventarse un Ministerio de Ciencia y Tecnología, Aznar tenía que haber creado un ministerio Argumental. Birulés está tardando más que Putin en justificar todos esos billones hurtados al contribuyente. El problema de Birulés es que no tiene guión. Le han dado un ministerio sin guión como a Putin le han dado una ópera rusa sin libreto. Dicen que cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas. Pero es mentira: no mata moscas, escribe guiones de forma compulsiva. De hecho, mientras tecleo este artículo están preparando otra capilla ardiente para dos guardias civiles. ETA va más deprisa con las bombas que nosotros con las palabras. Quiere decirse que este verano el diablo ha cogido a los guionistas de la realidad en pelotas. O jugando al pádel. Si su hijo de usted quiere ser ingeniero, dígale que eso no tiene salidas. Que escriba guiones. Hacen falta más guiones que puentes. Viva Jennifer Aniston.Anna Birulés
Le han dado un ministerio sin guión como
a Putin le han dado una ópera rusa sin libreto
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- VII Legislatura España
- Opinión
- Ministerio de Ciencia e Innovación
- Friends
- Accidentes fluviales
- Gran Hermano
- Anna Birulés
- Vladímir Putin
- Jennifer Aniston
- Telecinco
- Reality show
- Sitcom
- Series clásicas
- NBC
- Mediaset
- Programas concursos
- Gobierno de España
- Series comedia
- Series americanas
- Accidentes marítimos
- Submarinos
- Legislaturas políticas
- Transporte militar
- Géneros series
- Rusia