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Entrevista:FRANCISCO IRIBARREN

"Las 35 horas por sí solas no sirven para crear empleo"

La última Encuesta de Población Activa (EPA) ha corroborado oficialmente lo que el Ejecutivo foral y los agentes sociales anunciaban desde inicios del verano: Navarra se ha situado, con un 4,7% de paro, en lo que técnicamente se considera pleno empleo. Iribarren, licenciado en Económicas por la Universidad de Deusto, de 39 años y ex asesor del presidente navarro, Miguel Sanz, atribuye el resultado al buen clima de diálogo social de los últimos años y a la aplicación de políticas presupuestarias y fiscales centradas en la creación de empleo.Pregunta. ¿Cuál es el secreto para encabezar, con Baleares, esa lista de privilegio del pleno empleo técnico?

Respuesta. No hay secretos ni es un producto de ahora. Estamos haciendo bien las cosas desde hace bastante tiempo, porque lo importante no es ese 5%, sino la tendencia de crecimiento sostenido que lleva Navarra, que empezó el año con un 8%. En todo caso el secreto sería el trabajo constante.

P. ¿Cómo lo han hecho?

R. Con una política económica que nos ha convertido en la comunidad española que más ha reducido su endeudamiento, la más baja en cuanto a déficit. De hecho llevamos varios años con superávit, y tenemos una economía saneada con unas tasas de inversión elevadas, muy dirigidas a la creación de empleo y una política fiscal enfocada al mismo objetivo. Pero también se han hecho bien las cosas en lo que son las políticas activas de empleo. Primero, porque con los sindicatos hemos llegado a acuerdos muy estables, especialmente en la formación reglada y ocupacional.

P. ¿Qué porcentaje de éxito corresponde a la buena tendencia general de la economía?

R. Es complicado decirlo. Basta recordar que, cuando el ciclo económico global era malo, Navarra mantenía un diferencial a su favor muy importante en materia de empleo. España estaba en tasas cercanas al 20% de paro y Navarra andaba ya por el 13%. ¿Por qué? Desde luego, por la aplicación de políticas regionales. Eso es indudable. Y Navarra tiene ventajas en ese terreno, la primera de las cuales es que la Administración foral está muy cerca del ciudadano y se preocupa mucho por esa realidad. A nosotros nos funciona magníficamente el Servicio Navarro de Empleo como instrumento de orientación e integración y hemos conseguido, por ejemplo, hacer cosas que nadie ha conseguido, como dar empleo a un porcentaje muy elevado de minusválidos físicos y psíquicos de la comunidad.

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P. El hecho de ser una comunidad poco poblada y con un tejido industrial nuevo, ¿ha influido a la hora de llegar oficialmente al pleno empleo?

R. El nivel de población no ha influido demasiado. Es cierto que te permite estar más cerca de los problemas reales, pero el fenómeno ha sido global. En Navarra, la gente se coloca, encuentra una respuesta a su demanda de empleo, pero se genera también el fenómeno contrario: que al ser pocos no encontramos trabajadores para ciertos puestos. Navarra tendría posibilidades de colocar a mucha gente y no puede hacerlo. Nuestras empresas empiezan a tener problemas de dimensión porque quieren crecer, pero no encuentran empleados disponibles para hacerlo.

P. Sin embargo, el listón del pleno empleo técnico no se alcanza en el paro femenino, que supone el 70% del desempleo total aún existente. ¿Qué van a hacer?

R. Hay que analizar de dónde surge el problema. Y hay tres factores a mencionar. El primero, que tenemos más paro femenino porque la renta navarra es un 20% más alta que la media española, y eso hace que no siempre en las unidades familiares se planteen trabajar los dos cónyuges. Y además es una renta muy bien distribuida. El 70% de las familias navarras declara llegar a final de mes frente a un 40% de las del Estado. Hay un segundo elemento, y es que la tasa femenina de estudios es algo superior a la del resto de España, lo cual dificulta la búsqueda de empleo porque lo demanda de más alta calidad. Y un tercer factor es que Navarra depende mucho del sector industrial y en la industria la mujer no acaba de entrar. Se integra de forma más fácil en el sector servicios, y ese sector aquí no es tan potente y habrá que desarrollarlo.

P. ¿Cómo ha incidido en la creación de empleo la nueva ofensiva de ETA?

R. Todavía es pronto para hacer una evaluación, pero empezamos a detectar problemas. Estoy hablando de empresarios que nos dicen que van a vender sus empresas o que se las van a llevar a otro sitio. ETA afecta de forma muy negativa al desarrollo económico y ya hay empresarios que se plantean si Navarra es un buen sitio para invertir.

P. ¿Ha habido algún caso ya?

R. Todavía no, pero conocemos la intención de algún empresario que está planteándose el vender su compañía.

P. El Gobierno navarro ha logrado destacados acuerdos socioeconómicos con las centrales UGT y CCOO y la patronal. ¿Son los agentes sociales más dóciles en esta tierra?

R. No, en absoluto, pero han hecho mayores esfuerzos de diálogo y concertación para entenderse. Para sindicatos y patronal ha sido difícil el explicar en Madrid esos acuerdos alcanzados en Navarra, porque no siempre se ha entendido bien ese clima de consenso. Se ha interpretado el diálogo como una postura blanda, y no es cierto, porque se ha negociado muy duro.

P. Uno de los frutos fue el acuerdo de reducir jornada a 35 horas semanales. ¿Cree usted en la capacidad de las 35 horas para generar empleo?

R. Creo que las 35 horas por sí solas no crean empleo. De hecho, el éxito de los acuerdos navarros por la reducción de jornada se ha basado en el matiz de introducirla siempre y cuando no sufriesen los costes de producción unitaria. Ésa sí es una senda buena, y ahí podemos hablar de 35, de 30 o de 28 horas siempre y cuando se respete el principio. Bajo ese entendimiento de competitividad estoy totalmente de acuerdo en que haya reducción de jornada.

P. Los sindicatos ELA y LAB, mayoritarios en destacadas empresas navarras, no han participado en esos acuerdos. ¿Sería factible incorporarlas al diálogo general?

R. Depende más de ellos que de nosotros. Se puede llegar a acuerdos con cualquiera siempre que se hable de competitividad y de empleo. Lo malo es cuando se habla de otras cosas al margen del mercado laboral y ahí es difícil que nos podamos entender. Ése es el problema de ELA y LAB, que no siempre hablan de empleo.

P. La temporalidad, ¿es la gran lacra del nuevo empleo?

R. Es un problema al que sólo se le puede dar salida dando estabilidad a los mercados. También aquí Navarra tiene una temporalidad cercana al 24% frente al 32% de media general. Ya lo digo: hay que generar confianza política y económica para aumentar el empleo estable.

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