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LA OFENSIVA TERRORISTA

La primera guardia asesinada por ETA

Entre las casi 800 víctimas del terrorismo había muchísimos guardias civiles, 200, todos varones. Hay mujeres policía. Pero Irene Fernández, la asturiana destrozada ayer por una bomba colocada en el coche patrulla que iba a utilizar, pasará a la historia involuntariamente como la primera mujer del instituto armado asesinada por ETA. El otro fallecido, José Ángel de Jesús Encinas, tenía 22 años y había llegado a Sallent de Gállego hace tres meses desde Toledo. Varios pueblos de esta provincia mostraban ayer su consternación. En Talavera de la Reina deja a su familia. En Hinojosa, a su novia.

En total, los terroristas han asesinado a 225 guardias civiles desde 1968. Pero sólo 202 son achacables a ETA. Los GRAPO han acabado con la vida de otros 19 agentes, mientras que los otros cuatro muertos son obra del Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) y el Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceibe y otras organizaciones.

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El padre de José Ángel de Jesús Encinas también es guardia civil, de Tráfico. Trabaja en Talavera de la Reina (Toledo), la ciudad más grande de la provincia, donde también vive, y donde nació hace 22 años su hijo. De allí salió desesperado a las diez de la mañana, acompañado por la madre del joven y por mandos del Instituto, con destino a Huesca. Un viaje largo e insoportable. El anterior destino de José Ángel, después de acabar su formación, había sido otro pueblo de la provincia toledana, Hinojosa de San Vicente. Su alcalde, Francisco García, afirmó que estaba "muy afectado" por la noticia.

La novia del guardia civil es de este pueblo, ubicado en la Sierra de San Vicente, al norte de Toledo.Los vecinos decían estar "impresionados" por el asesinato. José Ángel había entrenado a varios equipos de jóvenes futbolistas. La relación entre el muerto y la localidad, repetía el alcalde, era "muy estrecha".El ayuntamiento tenía previsto celebrar anoche la noche una sesión plenaria extraordinaria en repulsa por el atentado.

El guardia civil asesinado era un gran deportista que había jugado en equipos de fútbol de Talavera y de la comarca. Según sus compañeros, un buen portero. Deseaba incorporarse al cuerpo especial de montaña de la Guardia Civil, a la que pertenecía desde 1997.

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Irene Fernández Pereda había nacido hace 32 años en el pueblo de Las Agüeras (Asturias), 100 habitantes, municipio de Quirós, a 40 kilómetros de Oviedo. Soltera, ingresó en la Guardia Civil en 1995. Hace tres años fue destinada a Sallent de Gállego. Irene era una de las agentes que más tiempo había permanecido en el pueblo; generalmente, según los vecinos, sólo pasan un año en esta localidad tras salir de la academia. También contaban ayer que Irene Fernández Pereda fue la primera mujer guardia civil que fue a Sallent, y que era muy conocida entre el vecindario debido a su simpatía y el tiempo que llevaba en este municipio altoaragonés.

Los padres de la víctima se desplazaron por la mañana a Huesca en compañía del único hermano de Irene y de un tío de la joven, que trabaja como Policía Local en Gijón. Tras conocer la noticia del atentado, la consternación fue la nota dominante tanto entre los vecinos del barrio gijonés de El Llano, donde reside la madre de la agente, como en Las Agüeras.

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