_
_
_
_
_

Francia y el Reino Unido aseguran que el Concorde volverá a volar

Las autoridades francesas y británicas declararon ayer su intención de que el Concorde vuelva a volar. A pesar de las informaciones y rumores que apuntaban lo contrario, ambas partes acordaron ayer, tras una reunión mantenida en Londres, el pronto regreso del Concorde a la actividad comercial, en cuanto sea posible. El ministro francés de Transportes, Jean-Claude Gayssot, reveló ayer que "parece que la pieza que causó la explosión del neumático del Concorde procedía de otro avión".

El mercado supersónico

Dado que las pistas del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle son inspeccionadas tres veces al día, y durante ciertas horas de la noche, el número de aparatos que pueden haber perdido la pieza en una de sus maniobras de despegue es bastante limitado. La pieza en cuestión, metálica y de apenas 40 centímetros, habría puesto en marcha una trágica sucesión de carambolas, que el pasado 25 de julio acabó con la vida de 113 personas al estrellarse el aparato en Gonesse, cuando apenas habían transcurrido dos minutos de su despegue envuelto en llamas.

Para Gayssot, el hecho de haber retirado el permiso de vuelo al Concorde "no significa ni la muerte del Concorde ni tampoco la de la aviación comercial supersónica". El ministro recordó que desde 1994 franceses, británicos y alemanes trabajan en un proyecto de Concorde de segunda generación. De momento, todo está aún en una fase embrionaria y el horizonte se fija alrededor de 2020. "Se discute sobre aparatos de 250 plazas, capaces de volar a una velocidad de crucero idéntica a la del Concorde, pero con un radio de acción que ronde los 10.000 kilómetros y un consumo que sea dos veces inferior".

Desde hace varios años algunas compañías, entre ellas la francesa Dassault, especializada en aviones de combate y en aviones destinados a particulares, estudian las posibilidades del mercado del jet supersónico para hombres de negocios y multimillonarios. Hasta ahora sus cálculos, al igual que los de Lockheed-Martin, han desvelado que la operación no es rentable mientras exista la competencia de Concorde. "Precisamente, nosotros pensamos", dijo Gayssot, "que en el plazo de 20 años el mercado estará maduro para absorber entre 500 y 1.000 aviones supersónicos comerciales".Para que ese sueño pueda hacerse realidad las principales dificultades son de orden financiero y también de carácter político-ecológico, dado que un nuevo Concorde no podría permitirse problemas ligados a un ruido, a la explosión que acompaña el atravesar la barrera del sonido, ni tampoco puede verse acusado de participar en la destrucción de la capa de ozono.

Mientras Gayssot intentaba ser tranquilizador sobre el futuro de la aviación supersónica, los familiares alemanes de las víctimas del accidente de Gonesse presentaron ayer una demanda de indemnización de 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas) dirigida a la compañía Air France, responsable, según ellos, de la seguridad a bordo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Las pesquisas judiciales dirigidas por las autoridades competentes y las técnicas desarrolladas por la Oficina de Investigación de Accidentes (BEA) tienen precisamente que dictaminar las causas del accidente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_