29 hombres y una mujer 'antinarcos'
El Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga (GIFA) del aeropuerto de Barajas está integrado por una treintena de guardias civiles (29 hombres y una mujer), que desarrollan una eficaz labor. Hasta el pasado día 8, esta unidad había detenido a 126 personas en el aeródromo por narcotráfico y se había incautado de droga, la mayor parte cocaína, cuyo valor podría haber alcanzado los 3.000 millones.Con esta cifra ya se ha igualado la interceptada en la frontera de Barajas durante todo el año 1999.
El mayor alijo de cocaína decomisada este año en el aeródromo madrileño por los agentes de la Guardia Civil es, hasta el momento, uno de 41 kilos que llegó oculto en el interior de un cargamento de frutas tropicales, en concreto de papayas. Las cajas llegaron a Madrid el 9 de julio.
La droga venía metida dentro de unos macarrones de plástico que, desenrollados, alcanzaban una longitud de dos metros cada uno, e iban insertados a presión en el interior de cada una de las frutas.
El envío tenía el sello de la compañía Agrícola Tropical de Ibagué (Colombia). Era cocaína de gran pureza que, cortada con otras sustancias, se podría haber convertido en unas 207.000 dosis.
Un alijo menor, de siete kilos, fue descubierto el 21 de julio, apenas diez días después del de las papayas. La cocaína llegó escondida en el doble fondo de unos cartones de vino con capacidad para cinco litros y de la marca Santa Rita, no registrada en España.
La Guardia Civil detuvo a José Luis B. P., de 53 años y vecino de Madrid, como el presunto responsable de la droga. El detenido aterrizó en Barajas en un vuelo procedente de Santiago de Chile. Fue descubierto en la aduana porque estaba muy nervioso, lo que levantó las sospechas de los agentes, quienes decidieron inspeccionar el equipaje y le cazaron. No era la primera vez. El detenido ya tenía antecedentes por delitos contra la salud pública. Fue puesto a disposición judicial.
Para separar la droga del vino, el traficante metió el líquido en un globo de látex y la droga debajo. Al vaciar el globo de vino, se quedaba la droga. La Guardia Civil calificó el método de "novedoso y original".
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