_
_
_
_
Reportaje:VERANO2000ÁRBOLES CON HISTORIA

El 'Chaparro de la corregidora' se muere

Hubo un tiempo en el que el séquito del corregidor de Morón de la Frontera, en sus cíclicos recorridos recaudatorios por la comarca, pasaba siempre la noche debajo de un chaparro (quercus ilex), próximo a Montellano. La parada se hacía a petición de la esposa, la corregidora, que consideraba el lugar como el más idóneo para dormir.Tiene El Chaparro de la corregidora 500 años de vida, casi cuatro metros de perímetro en su tronco, y 28 metros de diámetro mide la copa que da sombra.

Al contrario de lo que ocurre con el chaparro de la Vega, en Coripe, que está sano como una manzana, éste muestra cara de enfermo. Si los botánicos no lo remedian, morirá en un par de años.

Situado en la cara norte de la Sierra de San Pablo, en una finca privada, en el paraje conocido como Las Islas -quizá porque en este entorno se formaban, en época de lluvias, grandes lagunas al confluir aquí varios arroyos-, dista tres kilómetros, en línea recta, de Montellano. Hoy, solitario entre las parcelas de labranza, sirve de majada a los rebaños de ovejas, y de tenada para guardar los aperos agrícolas.

Aunque la mayoría de los 7.000 habitantes del pueblo conocen su existencia, pocos son los que lo visitan. "Al estar en terrenos privados, casi nadie se acerca hasta él", afirma el concejal de Cultura, Paco Moral, que, de paso, solicita cuidados urgentes para esta encina, única en la comarca, declarada patrimonio natural de Andalucía.

El origen de la enfermedad galopante que padece bien podría deberse, según Moral, "al exceso de abono que llega hasta sus raíces". Lo cierto es que su estado es lamentable. Muchas de las terminaciones de sus ramas están semisecas. Sus ocho brazos, que arrancan poderosos del tronco hacia arriba como una flor que se abre, necesitan, también con urgencia, una poda y desmoche.

El Chaparro de la corregidora, situado en un cruce de veredas, fue un día frontera entre dos culturas; hoy, a punto de secarse, mira hacia el Alto de Cote, donde un castillo de 800 años, único como él, vigila desde las ruinas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_