Muertos y banderas
Ni los muertos de uno, ni de otro nos harán más libres. Al contrario, sólo servirán para hacernos esclavos, esclavos del odio que nos impide ver aquello que de verdad es la libertad. Aferrados unos a su bandera, otros a la suya; cada uno gritando al otro, sin verse, sin quererse escuchar. Yo, a pesar de mi juventud, hace tiempo me olvidé de esos trozos de tela; hace tiempo descubrí que nada significan, que si algo hay que signifique de verdad, son sólo las personas. Basta querer ver y escuchar para aprender que nacer a uno u otro lado de la línea dibujada en el mapa no nos hace mejores, ni más felices.He podido conocer a pobres y ricos, ancianos y jóvenes, blancos y negros, explotados y explotadores,... y creedme: por muchos de ellos daría la vida sin preguntar dónde nacieron. Si algo pido, es que cada uno se olvide del otro, que cada cual viva su vida, que yo intentaré vivir la mía en paz.- Javier Urrutia Gómez. Getxo.
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