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El Estado Mayor ruso se impone sobre el ministro de Defensa

El secretismo en torno a la reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia celebrado el viernes pasado se va quebrando y trascienden algunos detalles de la discusión que duró más de cuatro horas y durante la cual el presidente Vladímir Putin trató de mantener una posición equilibrada. De hecho, el Estado Mayor General, encabezado por Anatoli Kvashnín, ha conseguido imponer sus principales tesis a pesar de la resistencia del ministro de Defensa, Ígor Serguéyev, que este año puede ser reemplazado por un civil.Dos eran las concepciones en pugna: la primera, representada por Kvashnín, sostiene que hay que reducir el número de misiles estratégicos y redistribuir de una manera más equitativa el escaso dinero que reciben las Fuerzas Armadas acabando con la posición privilegiada de las Fuerzas Estratégicas de Misiles (FEM) para poder desarrollar las convencionales. La otra, representada por Serguéyev, no sólo se opone a que dichas fuerzas nucleares pierdan importancia, sino que considera que es necesario crear las llamadas Fuerzas Estratégicas de Disuasión, que agruparían a todos armamentos nucleares y en las que las FEM tendrían el papel principal.

Redistribución del dinero

El presidente Putin criticó a Serguéyev porque las FEM consumen la mayoría de los medios asignados a las Fuerzas Armadas empobreciendo a las demás ramas, que son "las que realmente combaten y cumplen tareas combativas concretas". Esto significa que habrá una redistribución del dinero y el encargado de restablecer el equilibrio será Kvashnín. Verdad es que las FEM no serán elimadas como rama independiente antes del 2006, pero esto es algo que no exigía el Estado Mayor General. Lo que cuenta es que las FEM dejan de ser la principal rama de las Fuerzas Armadas y que ya no recibirá la parte de león del presupuesto militar. Además, las tropas de defensa misil-espacial, que se subordinan por ahora a las FEM, pasarán a depender de la Fuerza Aérea de aquí a dos años.¿Por qué se ha dado plazo a las FEM hasta el 2006? Por la sencilla razón de que para entonces habrá terminado la vida útil de la mayoría de los misiles balísticos y no todos, ni mucho menos, serán reemplazados por los modernos Tópol. Actualmente, Rusia posee cerca de 750 misiles balísticos intercontinentales, y la abrumadora mayoría fueron emplazados todavía en época soviética (y sólo 20, después de la desintegración de la URSS). En total, el Kremlin tiene más de 6.000 cabezas nucleares (de ellas, unas 3.500 basadas en tierra, el resto están en submarinos o en aviones), que, de acuerdo con el tratado SALT-II deben ser reducidas a 3.500 para el año 2007. Para el SALT-III Rusia quiere reducir las ojivas a 1.500. El presupuesto militar del Kremlin es de 4.500 millones de dólares (frente a 287.500 millones de EE UU, más que el PIB de Rusia). Con semejante financiación Rusia no tiene otra salida que reducir las fuerzas nucleares -y también las convencionales- lo más posible.

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